Capítulo 31: Maicol.

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—Por dónde empezar, puedo iniciar que Maicol era el mejor estudiante a sus inicios, para luego unirse al dollo de Estuar hasta estar dentro de la excelencia de la casa de magos tipo guerrero, sin duda dentro de poco tiempo ya era un líder donde todos lo respetaban y admiraban por sus habilidades mágicas, realmente era muy prometedor la carrera de mago de Maicol se proyectaba convertirse en Maestro a una edad muy joven —Lo odio a pesar de no conocerlo.

—Se nota que era un buen chico —Trato de evitar no querer seguir hablando de él, más sin embargo debo soportar esta tortura para saber más de Maicol.

—Listo, apuesto, se llevaba bien con todos incluso con los de menor nivel era muy amigable y por consejos de mis amigas, empezamos a salir juntos sin ningún problema, ni mi abuelo se oponía a esa relación en aquel entonces —Maldición cierro los puños de la furia, no me puedo contener más.

—Pero ¿Qué pasó contigo si todo era tan perfecto?, ¿qué le hiciste a ese pobre muchacho?, porque según lo que me has descrito de él, tú debiste ser la culpable y lo siento por no ser tan bueno como Maicol —Cuando Maicol regrese a la Capital 12, lo primero será retarlo a una batalla mágica, él no es mejor mago, comparado conmigo de eso estoy seguro.

—Por Dios Alberto deja tus celos, sí quieres podemos dejar este tema por concluido —Definitivamente no quiero ver cerca de Yolanda a Maicol.

—Pero no puede ser tan malo, lo hecho por Maicol a ti, si era tan perfecto —Ya no voy a ocultar mis verdaderas habilidades mágicas, desde que derrote a Maicol, Yolanda solo tendrá ojos para mí y no por ese imbécil.

—Teníamos casi un mes de novios, por eso sabía que él me amaba y fui de noche a su dormitorio, luego me susurra algo al oído pidiendo desnudase delante de él con un amigo el cual se encontraba esa noche con nosotros, no podía creer lo escuchado, me temblaba el cuerpo como si un terremoto me sacudiera por dentro, me dije por dentro nada más, esto debe ser una broma, mientras empecé a apretar mi mano con fuerza para pegarle en la cara... Ya me había hecho mal dentro de todo mi corazón, aunque hubiese sido una broma, por eso salí corriendo buscando a mi madre a ver si me calmaba —No lo sé, a lo mejor Maicol estaba borracho esa noche, para proponerle algo así a Yolanda.

—Lo siento solo ibas a ver a tu novio, no sabía que te haría eso a ti, pero no hablaste con Maicol en otra ocasión para saber si todo era una broma —Por lo menos debería haber una explicación porque todo es muy extraño.

—Él fue muy desconsiderado conmigo y al final caí en su trampa —Tenía lágrimas sobre sus ojos, entonces la abrasé contra mí lo más rápido que pude, porque me di cuenta lo frágil que era Yolanda.

—Si vamos a estar juntos no quiero solo ser un objeto de placer, también soy una chica la cual siente miedos y temores por dentro al no ser bien amada por un chico —Si Yolanda supiera pues ha sido la única, que puede calmar el demonio de la lujuria dentro de mí.

—Quiero hacerte el amor ahora mismo y no te preocupes por quedar embarazada porque luego le diré a mi mayordomo que compre unos anticonceptivos en pastillas, pero no te irás de aquí sin...

Quería decirle pues no se iría sin saber lo mucho que la amaba, porque estaba convencido y tenía el valor para decírselo, pero ella me besa sin terminar de hablar mientras me quita el poloche, poco a poco Yolanda se está convirtiendo en mi deseo este día, su cuerpo se acerca más al sexo para mí, luego la empiezo a desnudar mientras prenda por prenda su ropa cae al piso.

Su piel era como un árbol en llamas que quemaba la mía, mientras me olvidaba del tiempo acariciando su cuerpo y mi lengua recorría sus senos hasta llegar al ombligo, me preguntaba si esto no era amor ¿Qué sería esto?

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