Capítulo 70: Excitado.

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—Sabes Alberto soy una chica muy confiable guardo muy bien los secretos, ¿Crees qué soy linda? —¿Cuál secreto quiere guardar ahora que estamos a solas?

—Bastante, a decir verdad —Debo detener esto, pero no puedo, aunque quiera, solo soy un débil hombre.

—¿Te gusta mi ropa? —No sé para donde mirar, ya me estoy empezando a sentir nervioso, Devora sabe que mi novia es su amiga Yolanda.

—Considero que te queda muy bien el día de hoy —¿Cómo se verá su cuerpo debajo de esa ropa?

—No piensas que es un desperdicio vivir en el olvido, sin que nadie toque tu piel para una chica como yo, aunque sea una sola vez —No aguanto más, esto me está volviendo loco, solo soy un simple mortal.

—Devora si quieres tener sexo conmigo, puedes pedírmelo directamente.

Se sube arriba de mí y con su mirada directa a los ojos sin dudas en ella me contesta, se ve muy decidida con lo que está haciendo incluso su mirada es hipnotizante y al estar su cuerpo encima de mí, me siento su dueño.

—Si quiero tener sexo contigo.

Entra Dery por la puerta, rompiendo el momento de Devora y yo.

—Alberto ven conmigo necesito una pareja, para jugar billar corre rápido es un torn... Esperen un momento ¿Qué creen que están haciendo ustedes dos juntos de esa manera? —Te juro que odio a Dery de todo corazón, lo único bueno el cual tiene, es su sexy hermana, por eso debo seguir siendo su amigo.

—Espera Dery no es lo que crees, es solo un malentendido —Debo tratar de justificarme, para poder engañarlo.

—Sí claro cómo no, ustedes son novios, mientras lo tenían escondido y si van a hacer sus cosas no me importa, pero tendrán que esperar llegar a la Capital 13 y hospedarse en un hotel.

Desde ese momento Dery no, nos dejó a solas en todo el trayecto del ferrocarril hasta llegar a la Capital 13.

Al desmontarnos veo la ciudad de la Capital 13 y es hermosa muy diferente a la Capital 12, tiene muchas flores hermosas de todos tipos y no tiene edificios solo casas, mientras todo está rodeado de flores y más flores como si fuera un paraíso con pequeños arroyos de agua naturales, nunca había visto ciudad tan comprometida con la naturaleza.

Árboles grandes que forman los diferentes caminos, pero desde lejos veo a Yolanda que viene con su abuelo acercándose a nosotros.

—Por cierto, Alberto y Devora, le conté a Yolanda por mensaje celular que ustedes son novios, porque lo encontré casi besándose en el tren —Sentí como si mundo se acababa en un segundo, ¿por qué esto tiene que pasarme a mí?

—Hermano y ¿Por qué fuiste tan estúpido en contarle eso a Yolanda? —Soy inteligente debo idear un plan, para salvarme de esta, como tengo mucho dinero, debo sobornar a Dery y así le diga a Yolanda que todo fue mentira.

—Sinceramente ella me dijo en secreto hace tiempo atrás que los vigilará, con eso le contara cualquier cosa rara de entre ustedes dos porque me aseguraba de que Alberto estaba enamorado de ti Devora, en cambio yo le dije que no era cierto en ese momento, pero resultó ser verdad al final, pero ¿Por qué me miran con esa cara de furia los dos?, si Yolanda se puso muy contenta, incluso dijo que vendría ella misma a recibirlo y felicitarlo luego de darle la dirección, también el día en el cual llegaríamos, ¿no soy el mejor hermano y amigo del mundo, chicos?

Desde lejos casi al Dery terminar de hablar, se ve llegando a Yolanda con una sonrisa muy cálida, nos recibe a todos y su abuelo se queda desde lejos.

—¿Para eso me trajiste aquí Yolanda? Para recibir a tus insignificantes amigos —Yolanda se ve muy feliz, que suerte tengo, parece que no le afecto lo que le dijo Dery.

—Es que no quería salir sola mi querido abuelo, hay muchos pervertidos por esta capital que pueden atacarme, pero mira quien tenemos aquí a la hermosa pareja de enamorados ¿Disfrutaron mucho su viaje?

Abraza a Devora con una cara de ser la mujer más feliz del mundo y luego me abraza a mí también, con la misma sonrisa de buenos amigos y con una voz baja que solo ella pueda escucharme, casi como un susurro al oído, le digo mientras está abrazándome:

—° Yolanda espera puedo explicarte ° —Sé que Yolanda esta locamente enamorada de mí y me entenderá, sin embargo, me aseguro que su abuelo no me escuche, solo ella para que no me lastime.

—No Alberto suéltame me tocaste un seno —Yolanda corre donde su abuelo, con las manos abrazadas a sus senos.

—No claro que no, yo nunca haría eso, señor Berek, solo me abrazó y yo luego...

Solo sentí mi cara hundirse en el suelo a una gran profundidad con un puño más fuerte que el acero, siento que cada instante mi cráneo se abre, los seres humanos no deberían estar creados para recibir esos tipos de golpes ni que fueras un mago, ya que lo considero inhumano, espero que Dery me lleve rápido al hospital o quizás donde algunas sanadoras de la Capital 13, tanto y tanto dolor el cual no termina.

Pero si yo nunca la toque a Yolanda, pero el maldito de su abuelo no espera ni que uno se defienda explicando que no fue eso lo cual sucedió.

Al despertar veo a Dery sentado en una sala donde estoy, al parecer este es el hospital de la capital.

—Alberto eres idiota, como se te ocurre ser un pervertido precisamente delante del abuelo de Yolanda —¿Pervertido? Si ya la he visto completamente desnuda ¿Para qué haría eso delante de su abuelo?

—Yo no la toque —Hace gesto con la cara de no creerme ni una sola palabra.

—Yolanda es una santa, nunca sería capaz de inventar algo así, la conozco de hace muchos años —A lo mejor todo esto es una confusión, porque yo nunca la toqué.

—Olvídate de ese tema Dery tampoco es tu culpa lo que sucedió —Debo aclarar esta situación con Yolanda en cuanto tenga tiempo con ella a solas.

—Pues vámonos al Estadio mágico faltan varias horas solo, para que empiece la pelea entre Evelyn y Maicol —Las ansias me vuelve loco por ver a esos dos pelear mágicamente.

—Me parece lo mejor ir a entretenernos con una buena pelea mágica.

Al llegar veo que no es un Coliseo como en la Capital 12 si no tiene forma como la de un estadio de fútbol, bastante grande que es el estadio.

Tampoco tiene un muro como el Coliseo sino una pequeña pared que separa el estadio del público y con su respectivo escudo mágico para protección.

—Mira Alberto esos cinco hombres que ves allí en esa sala distinguida son los cuatro Legendarios los cuales viven en esta capital incluyendo a Berek, que es el número cinco, el cual hoy está presente para ver esta grandiosa pelea.

Veo a mi hermana y Maicol integrarse, me pregunto ¿Cómo será esta pelea entre los dos mejores magos de Herel?, yo en lo particular no me perderé cada detalle de esta lucha.

Black GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora