Capítulo 14: Resumen.

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Ha pasado mucho tiempo desde que llegué aquí a la escuela de Herel, exactamente tres meses y dos semanas.

Ya ha terminado el ciclo básico para los nuevos estudiantes solo, toca sus exámenes finales para ver si entran a la casa donde quieren estudiar.

Para resumir estos tres meses empezaré con Evelyn:

La cual no ha hecho nada fuera de lo normal y viene a visitarme dos o tres veces de noche a mi dormitorio en la semana, según tenga tiempo con sus prácticas mágicas.

Con respecto a Haru:

Nos hemos hecho muy buenos amigos, creo que es mi primera amiga aquí de la escuela Herel, y confío mucho en ella.

Con Dery es otra cosa:

Aún no ha regresado con mi hermana, solo son amigos por el momento, pero veo que Dery no pierde la esperanza de recuperarla.

Por último, está Yolanda:

Cuando me ve por los pasillos de la escuela me saluda efímeramente como si no me conociera y siempre detrás de ella van dos estudiantes que la siguen a todos lados, excepto cuando entra a un aula de clases ellos la esperan afuera.

Pero al fin y al cavo no sé por qué me siento mal el hecho, de ella se haya alejado de mí silenciosamente si supuestamente era eso lo que yo quería, sin embargo, ese resultado me hace sentir triste sin poderlo evitar.

Me dirijo a mi examen final el de la casa de mago tipo invocador y hechizo, que consta en darte tres oportunidades.

Yo iré a dos exámenes, que son al de Tecnología y el de mago.

Al llegar al coliseo pequeño, porque existe otro para los de altos rango.

Le paso mi tique de turno a dos maestros sentados en una mesa, ya que son los evaluadores.

No veo a mi hermana de hecho no observo a nadie que yo conozca, así haya venido a observarme para ver mi primera pelea mágica, excepto por Dery la persona menos importante, no sé por qué aún se sigue comportándose tan amablemente conmigo, si él y mi hermana ya terminaron.

Finalmente llega mi turno y bajo por las escaleras por un largo, pero solitario pasillo.

Salgo por una puerta que se encontraba al final del largo pasillo donde también observo el piso, es de arena.

Del otro ángulo del coliseo entra mi oponente.

Al estar frente uno al otro con mi oponente y aparece mágicamente uno de los profesores, que estaba sentado, en medios de nosotros dos.

—Las reglas son las siguientes; pueden usar cualquier tipo de magia, no se matarán y terminará cuando uno de los dos diga me rindo o cuando el profesor en mi caso yo aparezca mágicamente para detener la pelea porque puedo considerar que unos de ustedes pueden perder la vida, buena suerte a ambos.

Luego al terminar de hablarnos se desaparece de nuevo el profesor al sitio donde estaba sentado y veo que también nos espera un grupo de sanadoras de Clase F, de las 6 clases de sanadoras, pues comienza de Clase A hasta Clase F, sin embargo, tan solo nos mandan el último nivel.

Debo alzar mi cabeza, para poder ver a mi oponente y no es tan fuerte o por lo menos no tiene los músculos bien definidos como Berek más, sin embargo, parece una persona de esa que levanta pesas en un gimnasio, a lo mejor quiere ir para la casa de magos tipos guerreros.

Mi adversario se acerca a mí, poniéndome la mano en la cabeza como un padre queriéndole dar un consejo a un hijo, desarreglándome todo mi cabello.

—Oye muchacho no quiero lastimarte, ¿por qué mejor no te rindes y esperas otra oportunidad para intentar ser un mago? Aún te quedarán dos oportunidades más —Intuyo que debe de estar menospreciándome porque me considera un mago muy débil, haciéndome sentir incómodo eso.

—No puedo hacerlo porque sabes que me darán puntos por mi esfuerzo y aunque pierda si los Maestros allá sentados evalúan si la pelea fue muy reñida, sin yo ganar podría tener su aprobación dándome un visto bueno —Se ríe prolongadamente de mí, como burlándose, ni siquiera le importó mi respuesta, lo tomó como un chiste de mi parte.

—Y tú crees a un pequeñín como tú que ni siquiera me dará una buena pelea para entretener a esos dos Maestros, no hagas el ridículo haciéndolos perder el tiempo porque para ellos llegar a ser Maestro han peleado cientos de peleas mágicas emocionantes —Este tipo me menosprecia de una manera exagerada, sin ni siquiera saber si soy un buen mago.

—Pues esta es mi primera pelea al igual que ellos tuvieron un inicio antes de llegar a ser Maestro de seguro, no fue huyendo de la primera piedra en su camino —Considero a lo mejor se cree mejor mago porque tiene un mejor físico, pues delante de él parezco un debilucho.

—Te enseñaré algo muchacho para que te rindas de una buena vez y por todas.

Saca un hacha mágicamente la cual está afilada de lado y lado.

Ahora veo que es un mago tipo arma y no uno tipo guerrero, como pensaba por su cuerpo.

—Ahora si te rindes, no dices ni una sola palabra y que estés paralizado del miedo, me da aún más risa —Realmente aún sigo esperando una gran técnica mágica porque hasta ahora solo me ha mostrado un hacha nada más.

—Realmente no, veo que tienes muy poco poder mágico concentrado en esa hacha, con eso solo podrás cortar madera de un árbol, pero no a mí —Luego de mi respuesta se detiene a pensar y me mira como si yo estuviera loco.

—¿Qué cosas dices? ¿Por qué dejan qué estudiantes sin sentido común lleguen aquí? Ya que deberías ir por un examen de enfermería mejor.

Al no contestarle nada se enoja y pierde la paciencia, corriendo hacia mí con su arma en mano para clavármela en el pecho.

Lo detengo el metal del hacha afilada con el largo de mi mano izquierda y a mi lado ya se estaba apareciendo mágicamente el Maestro, mientras mi oponente está sorprendido y echa su hacha hacia atrás dando un salto lejos de mí también diciendo:

—¿Cómo hiciste eso? —La expresión de su cuerpo me sorprende, porque parece totalmente incrédulo ante lo que ve con sus propios ojos.

—Yo tan solo como su profesor me aparecí aquí porque pensé que le volarías la cabeza en dos a este estudiante, pero prosigan con la pelea como si no me hubieran visto.

El profesor se vuelve a ir desapareciéndose mágicamente. Ahora entiendo, para eso están los Maestros aquí para que no haya un caso lamentable en algunas de las peleas.

Son dos Maestros; el primero que viene en socorro por si pasa algo extraño es decir viene a ayudar si hay peligro de muerte, y el otro Maestro de la laptop sube los datos a la red de las primeras habilidades mágicas de los nuevos estudiantes.

—Preguntas ¿Cómo lo hice?... Pues muy fácil, solo concentré más magia que tu hacha en mi brazo así el filo de tu espada no me cortaría mi brazo izquierdo, aún eres nuevo tienes mucho potencial si entrenas debidamente claro con un buen profesor guiándote serás un buen mago, así ¿Por qué mejor no te rindes? Porque tienes dos oportunidades más.

Se enoja peor que la primera vez corriendo más rápido y con odio hacia mí, pero esta vez no pienso simplemente detener su golpe, si no doy un salto hacia él para darle una patada cargada con mi magia.

Al darse cuenta de mi intención se detiene dejando de correr y piensa abrirme la pierna en dos con su hacha.

Mi patada iba dirigida a su rostro y su hacha a mi pierna, pero mi patada rompió todo el metal del hacha conectándole de todos modos en la cara, así también rompiendo algunos de sus dientes, saliendo disparado por el suelo levantando toda la arena, dejando un camino de polvo, al dispersarse la arena se observa que quedó inconsciente.

Al tocar mis pies al suelo me volteo para dirigirme a la puerta de donde entre.

Considero que todo seguirá igual que antes, porque ni siquiera mi hermana estuvo aquí para verme, excepto el tonto de Dery.

Black GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora