Capítulo 62: Yalet.

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Al recuperar la conciencia estoy arriba del lobo grande, amarrado con sogas por las manos como si fuera un animal.

¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué me hacen esto?, quizás es un secuestro para pedir una recompensa a mis padres, siento tanto miedo hasta de llorar.

Llegó a un gran mercado, pero en vez de ser de artículos es solo de personas, son seres humanos lo único que venden aquí.

—¿Qué te trae hoy por aquí Dionisio?, y ese muchacho ¿Está en venta? —¿Venderme a mí?, pero si yo no soy un esclavo.

—Si me lo acabo de encontrar en el bosque pensé en dárselo como comida a mi lobo, pero que se olvide de comer ese animal hoy tengo que beber en el bar —Y se ríen juntos como si fueran compañeros de toda la vida.

—Puedo darte dos monedas de plata por ese muchacho —Nunca había oído hablar de monedas, para pagar cosas.

—No ves, es un joven saludable mira su piel morena lo limpia que está —Luego se acerca a mí y me mira por todos lados como si revisará su mercancía.

—Tiene un golpe en la cara —Ese malvado hombre me golpeó sin compasión.

—Es que no me pude contener y tuve que golpearlo por diversión, pero solo es ese golpe el cual tiene —Luego me apea del lobo y me quita la soga.

—Creo que lo puedo curar y venderlo a un buen precio en el mercado, te daré tres monedas de plata —Esto no puede ser real, tiene que ser una pesadilla.

—Cuatro monedas y cerramos el trato —¿Dónde están mis padres?

—Está bien, no voy a discutir con un viejo amigo por una moneda de plata.

Estoy corriendo escapándome de ellos mientras estaban distraídos hablando de mi precio.

Todos son adultos, pero en un lugar de este mercado lleno de gentes veo una chica de mi edad lo digo por su tamaño es casi igual al mío.

Y la abrazo con todas mis fuerzas.

—Ayúdame me van a matar —Llegan mis captores al lugar los dos se ven muy furiosos.

—Devuélvanos a nuestro esclavo, niña —Estos tipos se ven muy peligrosos y enojados.

—Y si no lo hago ¿Qué harán? —Más adelante se acerca una mujer y un hombre de color negro junto a la mujer.

—¡Imposible hija! ¿Cómo ese niño te tocó? Sin sentir ningún problema —No entiendo el por qué su cara de sorpresa.

—Es cierto señorita Yalet ¿Acaso ese chico está usando alguna clase de magia, para poder conseguirlo? —Le pregunta el hombre de piel oscura.

—De verdad no lo sé cómo lo hizo, pero no siento ningún tipo de magia en este muchacho —Todo esto para mí es muy confuso.

—¿Cuánto vale el esclavo? Señores —¿Esclavo? No soy ningún esclavo.

—No vale nada, solo queremos matarlo despacito los dos, mientras lo vemos sufrir por burlarse de nosotros —No quiero morir de manos de esos hombres.

—Ni siquiera por 20 monedas de oro —Debo de estar en un país extranjero, este lugar es muy extraño.

—Dices 20 monedas de oro por esta basura, usted nos está tomando el pelo o solo es una broma —Su cara de asombro, de esos dos bandidos es indescriptible.

—Por favor págales a estos buenos hombres, Orfeo —Aún ellos siguen sin creer, lo que le van a pagar.

—Como usted mande mi señora.

Y así le paga las monedas a esos dos señores que le brillan los ojos al verla, luego nos vamos caminando hasta donde un carruaje movido por dos caballos.

El hombre negro se monta delante tomando la soga de los caballos y nosotros tres vamos detrás dentro del carruaje.

—No tengas miedo, no te vamos a hacer daño, ahora puedes explicarme cómo puedes tocar a mi hija sin que ella sienta algún tipo de rechazo hacía a ti —No comprendo, todos los hombres pueden tocar a las mujeres.

—No lo sé la verdad estoy perdido, llévenme donde mis padres somos ricos le pagará todo el dinero que pidan por mí —Debo encontrar a mis padres y explicarles todo lo que me ha sucedido el día de hoy.

—Y exactamente ¿Dónde se encuentran tus padres? —Es cierto no conozco el lugar donde me encuentro en estos momentos.

—En la Capital 12 —Ponen una cara de cómo, nunca haber escuchado de esa capital.

—No sé si en este mundo existe un lugar así, pero haremos todo lo posible por conocer a tus padres después de encontrarlos —Tuve mucha suerte, ahora me encuentro seguro con estas personas.

—¿Qué haces? —Intenta acercar sus manos a mi cara, no sé si va a estrangularme.

—Solo va a curarte mi hija, es una gran sanadora posee una magia antigua de curación muy poderosa, no tienes nada de qué preocuparte tu cara quedará como nueva.

Y así lo hace luego de poner sus manos frente de mí, siento un alivio de inmediato, incluso mis dientes ya vuelven a estar en su lugar.

Llegamos a la entrada de un gran castillo nunca había visto uno en la vida real.

A entrar al castillo nos encontramos en la sala y dos sirvientas están paradas dándonos la bienvenida.

Más adelante salen tres chicos son más grande que yo esos jóvenes.

—Te presento a mis tres hijos, Jasón, Héctor y Alquiles —Parecen chicos normales, o por lo menos eso espero.

—¿Y este muchacho quien es mamá?, por casualidad tiene un gran poder mágico, que lo traes a casa —Si supiera, que ni siquiera sé usar la magia.

—Este niño es el único hasta ahora que puede tocar a Yalet —Veo que con una risa burlona ahora Héctor se le acerca a Yalet.

—¡Por fin hermana! En contraste con quien perder la virginidad, ya no tendrás que masturbarte solita en la noche.

Se pone roja y le da con su puño en el estómago tan fuerte, pero tan fuerte que cayó doblado de inmediato inconsciente al piso.

—Por favor Alquiles y Jasón lleven a su hermano, a que lo curen.

Y así mismo lo hacen lo levantan entre los dos y se lo llevan de la sala.

—Yalet ¿Por qué no le busca una habitación a tu futuro esposo? Mientras le cuento a tu padre las buenas noticias —¿Esposo? Yo de ella.

—Mamá si vas a empezar a molestarme, no voy a enseñarle magias avanzadas a mis estúpidos hermanos.

Y su madre se ríe poniendo la mano en su boca.

Su mamá ahora se marcha y yo me quedo a solas con esa chica que se llama Yalet.

—¿Tienes novia? —Y esa pregunta, tan repentina.

—No —Estoy un poco asustado al responderle, no sé en qué lugar me encuentro.

—¿Cómo te llamas? —Estoy un nervioso, pero trato de responderle con normalidad.

—Alberto —Seguro esto debe ser un sueño y despertaré en cualquier momento.

—Desde ahora en adelante yo te enseñaré magia no quiero a un chico débil cerca de mí, así que sígueme quiero regalarte algo.

Me lleva a una parte del castillo lleno de muchas armas y toma una caja de cristal que contenía un anillo dorado con el símbolo de un ojo.

—Esta Joya pertenecía a mi mejor amigo, pero nunca la pudo dominar completa solo llegó a sacar cuatro partes de seis la cual está dividida esta arma, será tu nueva arma que quiero que lleves y te enseñaré a utilizar, ahora póntelo en un dedo.

Y así mismo la obedezco, pero no le veo nada a este anillo fuera de lo normal que no sea un simple anillo dorado.

Black GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora