Sentía que en cualquier momento iba a despertar de un maldito sueño. Es que ¡Demonios! Esto era completamente inesperado. Nunca pensé que el Erick me fuera besar porque en verdad quería, si yo era completamente insignificante, además me odiaba... O bueno, en verdad no lo sé, desde que mi papá se metió con su mamá que me comenzó a odiar, antes éramos amigos o algo así porque éramos vecinos, a veces jugaba a la pelota con él porque mi primo me invitaba aunque yo era bastante torpe, pero él era buena onda conmigo...
Para variar mi primo Carlos me había invitado a jugar a la pelota, no sé por qué había aceptado... si yo era un completo desastre, además de que como era chica siempre me ponían al arco. Así que ahí estaba yo en un arco demasiado grande para mi tamaño, esperando que niños de quince años de edad me tiraran la pelota. Era obvio que iba a morir en cualquier momento, cualquier persona que me viera se iba a reír de mí porque era obvio que los deportes no eran lo mío. Era una niña muy delgada, con dos trenzas, anteojos y ropa color palo de rosa... Y los niños con los que estaba jugando eran muy brutos. Solo estaba aquí porque quería mucho a mi primo...
De repente mi vista se enfocó en el partido, un niño muy alto, demasiado alto en verdad, alto como una jirafa venía corriendo en mi dirección. Oh no. Esta era mi muerte. Y así es como fue, él pateó súper fuerte al arco y yo inútilmente intenté detener ese gol, lo cual era obvio que era imposible, no sé para qué siquiera lo intentaba, si solo hacía el ridículo. La pelota impactó de lleno en mi estómago. Oh, eso no lo vi venir pensé que iba a mi cara, el impacto fue tan fuerte que me quedé completamente sin aire. No podía respirar, más encima perdí el equilibrio por lo que me fui de espaldas.
― ¿Estás bien? ―preguntó una voz, una voz que había escuchado antes y que en verdad ahora no recordaba bien porque estaba media tonta por el golpe.
―Creo que sí―dije. Ya había recuperado el aire, pero aún dolía el impacto. Por suerte la pelota no me había dado en la cara o sino mis lentes se habrían quebrado y ahí sí que hubiese ido todo mal, mi mamá me hubiese retado.
― ¿Quieres que te ayude a pararte? ―preguntó el chico.
―Ya―respondí. Él con mucho cuidado me ayudó a ponerme de pie. Apenas estuve de mi pie me di cuenta lo alto que era. Era el chico que había pateado el balón.
―Soy el Erick, no sé si te acuerdas de mí. Vivo a una cuadra de tu casa―se presentó el chico. Enfoqué mi mirada en él. Claro, era el Erick, lo conocía, era el hermano de la Sherry, la tipa que me molestaba en el colegio, aunque no recordaba que fuera tan alto, había crecido mucho en el tiempo que no lo había visto. Había sabido que estaba entrenando en Deportes Antofagasta.
―Oh, sí sé quién eres, aunque no recordaba que fueras tan alto como una jirafa―él soltó una risa.
―Diana siempre tan estúpida―dijo el Andrés, un tipo que era amigo de mi primo y del Erick, el Andrés era mi vecino y además siempre me tiraba las trenzas desde que era chico―No sé por qué te seguimos poniendo en nuestro equipo.
―Oye Andrés, no seas así con la Di, ella hace lo mejor que puede. Y si tanto hueviai ¿por qué no te ponís vó al arco, perquín culiao? ―dijo el Erick. Lo miré. Primera vez que alguien que no fuera de mi familia me defendía...
Y ahí yo creo que fue cuando me enamoré de él... pero nunca pensé que en verdad me iba a tomar en cuenta porque yo tenía cinco años menos que él, y bueno después logró llegar a la Universidad Católica y luego se fue a Italia jugando fútbol, entonces todo se hizo imposible, además está el hecho de que somos hermanastros...
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Just Give me a Reason || Erick Pulgar
FanfictionSolo dame una razón para amarte otra vez... Saga futbolistas de la Roja Todas mis novelas están conectadas entre sí, pero no es necesario leer las otras para entender ésta.