Solo dame una razón para amarte otra vez...
Saga futbolistas de la Roja
Todas mis novelas están conectadas entre sí, pero no es necesario leer las otras para entender ésta.
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Erick
Todo estaba resultando bien con la Diana hasta que tenía que aparecer el culiao del Jeans Pool a arruinar toda la hueá, no sé qué le había pasado pero era obvio que se había caído al litro, así que fui a buscar un vaso de agua a ver si se le pasaba la hueá y lo dejé con la Diana por mientras. Cuando volví la Diana estaba peleando con el Jeans, de hecho le dio una cachetada.
― ¿Qué chucha está pasando? ―pregunté porque no entendía nada de lo que pasaba.
―El Jeans quería darme un beso a la fuerza―dijo la Diana, se veía notablemente asustada. ¿Qué chucha el Jeans? Me estaba entrando la rabia, ¿Cómo se le ocurría?
― ¿Qué mierda hueón? ¿Cómo se te ocurre? ―fui directo a donde el hueón de mi hermano y lo agarré de la polera, me importaba un comino que estuviera curado, él no tenía derecho a tocar a la Diana hueón ―responde.
―Solo quería darle un beso―dijo mi hermano entre balbuceos, pero aún sí lo escuché, lo conocía perfectamente... Intenté reprimir la rabia que estaba fluyendo dentro de mí porque ese era mi hermano, pero no pude, ¿Qué mierda le pasaba? No iba a permitir que intentara forzar a la Diana a darle un beso. La Diana era mía. No me importaba que a él le gustara. Así que no lo pensé y le di el sendo combo en el hocico.
―No vuelvas a poner tus manos sobre la Diana hueón―le dije desatando toda mi rabia.
―Yo hago la hueá que quiero―dijo mi hermanito provocándome con sus palabras así que le pegué de nuevo. Hueón de mierda.
―Con la Diana no―dije acercándome a su oreja para que solo me escuchara él―ella es mía, así que no la vuelvas a tocar―El hueón soltó una risotada.
―Bueno si es tuya, te la voy a quitar entonces― ¿Qué hueá el Jeans? Se ganó otro en el hocico por hueón. En vez de hacer algo solo se rió, otra vez―de hecho ya nos dimos un beso― ¿qué hueá?
―Erick basta, suéltalo, ya fue suficiente―escuché la voz de la Diana, quién me agarró del brazo y me tiró re fuerte. Dejé que me alejara del Jeans porque quería puro matar al hueón. Miré a la Diana quién me miraba con el ceño fruncido― ¿Te calmaste?
―No―dije, mi respiración estaba agitada y aún sentía las ganas de matar al Jeans.
―Bueno, cálmate, porque el hueón de tu hermano está raja de curao, no sabe lo que hace ni lo que dice―dijo la Diana mirándome feo.
― ¿Qué hueá pasó aquí? ―dijo apareciendo al Sherry― ¿Qué le hiciste al pobre Jeans? ―fue donde el Jeans que estaba tirado de manera patética en el sillón ni se había movido de donde lo había dejado. El pololo de la Sherry ayudó ésta a sentar a mi hermano que tenía toda la cara ensangrentada― ¿Por qué cresta le pegaste? ―dijo acercándose a mí y pinchándome con su larga uña en mi pecho.
