Me quedé pasmada, no sabía qué responderle al Jeans, sinceramente nunca me vi venir esto, nunca lo imaginé. Además yo siempre lo vi como un hermano, si mis ojos siempre estuvieron puestos en el Erick. ¿Y ahora qué hacía?
―Di algo―dijo el Jeans. Lo miré apesumbrada.
―Es que Jeans...―dije, no podía mirarlo a los ojos―tú sabes que siempre he estado enamorada del Erick―suspiré―y además tú tenías polola, la Javi...
―Sí, pero terminamos, tú eres la mujer de la que yo estoy enamorado―ay Dios.
―Jeans, lo siento pero tú solo eres como mi hermano mayor―al ver su carita de tristeza, algo se rompió dentro de mí, no me gustaba hacer sufrir a los demás―Nunca te podré ver de otra manera más que como mi hermano
―Ya, pero no soy tu hermano―él suspiró
―Perdón...
―Ya...―dijo y luego entró a la tienda dejándome sola, confundida, y triste.
No pude disfrutar nada después de eso, ni la comida, ni nada, me sentía demasiado triste por el Jeans, que además se notaba que estaba mal porque bueno casi ni hablaba y eso me hacía sentir peor. Me daban demasiadas ganas de llorar por haberle roto el corazón
Apenas llegamos al hotel me despedí de todos y luego me fui prácticamente corriendo a mi pieza. Tanto que choqué con el Charles, solo le pedí disculpas y me fui corriendo otra vez.
Cuando llegué a mi pieza me tiré encima de la cama y no pude evitar que las lágrimas cayeran, es que el pobre Jeans me daba demasiada pena, haber tenido que rechazarlo.
Alguien tocó a mi puerta, me levanté a abrirla, pero primero sequé mis lágrimas, era el Erick quien estaba al otro lado de la puerta. Lo dejé entrar y me volví a la cama, me senté encima de la cama con las piernas cruzadas al estilo "indio" e incliné la cabeza para que el pelo me tapara la cara.
―Di, el Charles me dijo que te vio y que no te veías bien...―dijo el Erick. Reprimí un sollozo que quería salir de mis labios.
―Estoy bien―dije, pero mi voz se quebró al final. Sentí al Erick sentarse frente a mí. Me corrió el pelo de la cara y me observó fijamente.
―No me mientas, estuviste llorando ¿qué pasó? ―negué con la cabeza.
―No pasó nada―dije. Y los sollozos se apoderaron de mi cuerpo y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. El Erick se sentó a mi lado. Apoyé mi cabeza en su hombro. Eché la cabeza adelante para que el pelo me tapara la cara. Me quité los lentes porque me molestaban. Y dejé que el llanto saliera. Me sentía horrible.
―Cuéntame qué fue lo que pasó―dijo el Erick mientras acariciaba mi cabello de manera suave.
―Es que el Jeans me dijo que...―los sollozos se apoderaron de mí y perdí la capacidad de hablar. Sentí al Erick tensarse.
― ¿Qué chucha fue lo que te dijo ese hueón? ―dijo en un tono brusco, me estremecí ante su tono―dime qué fue lo que te dijo po Di, no me gusta verte llorar...―ahora su tono de voz se suavizó. Tomé una respiración profunda intentando calmarme.
―Es que...―me separé un poco del Erick y lo miré a los ojos―el Jeans me dijo que estaba enamorado de mí...―el rostro del Erick no demostró ninguna expresión.
― ¿Y por eso estás llorando? ―preguntó― ¿Acaso tú también sientes algo por él?
― ¡No! Pero es que le rompí el corazón y me siento mal por él, me siento mala por hacerlo, una maldita sin corazón, además que yo lo quiero caleta es el hermano mayor que nunca tuve y no quiero hacerlo sufrir―el Erick me dio una sonrisita y me apretó en un abrazo de oso.
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Just Give me a Reason || Erick Pulgar
أدب الهواةSolo dame una razón para amarte otra vez... Saga futbolistas de la Roja Todas mis novelas están conectadas entre sí, pero no es necesario leer las otras para entender ésta.