Después del desayuno me despedí del Erick y de los chiquillos y volví a mi pieza. Mi guata se había asentado un poco ya no tenía ganas de vomitar a cada rato, pero igual la sentía rara. Abrí la puerta de la pieza y todo dentro era un maldito desastre. Ropa tirada en el piso. La Sherry era demasiado desordenada, en cambio yo era un poco obsesiva con el orden, comencé a recoger la ropa.
―Sherry deberías ordenar...―me callé cuando vi la escena frente a mí, estaba la Sherry en la cama con el amigo del Erick, el Andrés, los dos estaban ¡desnudos! Me muero.
―Ah, hola cuatro ojos―saludó la Sherry―Hasta que apareciste, pensé que te habían raptado o algo así.
―Hola Diana―dijo el tipejo. Ay odiaba a ese tipo.
― ¿Qué hace él en nuestra pieza? ―dije. Mis mejillas estaban ya rojas. La Sherry soltó una risa.
―Es obvio lo que está haciendo cuatro ojos, ¿acaso tus lentes necesitan aumento? ―Ay Dios mío. ¡Qué vergüenza! Por suerte sus partes íntimas estaban tapadas por el cobertor, pero igual, ¡Qué horror!
― ¿Desde cuándo están pololeando? ―los dos se miraron entre sí y soltaron una risa. ¿De qué se reían?
―No estamos pololeando, estúpida, solo tiramos. ¿Y tú dónde pasaste la noche? Te preguntaría con quién, pero todos sabemos que nadie se fijaría en ti―tomé una respiración profunda. La odiaba, la odiaba demasiado. Me encantaría decirle en su cara que había pasado la noche con su hermano.
―Cállate―le dije―Ahora solo saca a tu amigo de mi pieza―ella soltó una risa.
―Andrés ya escuchaste a su majestad, lady Diana, tienes que irte―dijo de manera burlona. La fulminé con la mirada.
―Está bien entonces, me tendré que ir―dijo el Andrés. Luego puso una sonrisa en su rostro. Agarró a la Sherry de la nuca y le plantó el tremendo beso. ¡Dios! Quité mi mirada de ellos, era incómodo de ver, se estaban prácticamente succionando. Señor.
―Ándate luego―dije. Y volví mi mirada hacia ellos. El Andrés se paró de la cama. Dios. Ni siquiera le importó que yo estuviera mirando. Mi mirada automáticamente se dirigió hacia su entrepierna aunque no quisiera. Nunca había visto eso en persona. Ayuda―Yo... voy al baño...―dije prácticamente arrancando de ahí. Me encerré en el baño. Apenas lo hice me vi en el espejo, mi cara estaba roja de la vergüenza.
―Abre la puerta estúpida, ya se fue el Andrés―dijo la Sherry tocando la puerta. Suspiré y abrí la puerta.
―Nunca más lo traigas a mi pieza―dije. Ella soltó una risa.
―Tú no volvías nunca así que aproveché―se encogió de hombros―además lo traeré si quiero o sino se me puede salir delante de tu papito que no pasaste la noche aquí...―la fulminé con la mirada. La odio―Y decirle que la pasaste con un hombre desconocido.
―No, tú no le dirás nada a mi papá ni a nadie porque yo contaré que te estay metiendo con el Andrés y no creo que al Jeans Pool ni al Erick le guste mucho y menos a tu mamá―ella rodó los ojos.
―Bien, no cuento nada si tú no cuentas nada.
―Perfecto, entonces tenemos un trato...―ella sonrió.
―Sí―bufó―ahora cuéntame dónde estuviste toda la noche.
―Eso a ti no te importa Sherry. Ahora discúlpame porque quiero descansar―me dirigí a mi cama, me tiré sobre ella, y me puse los audífonos, One Direction comenzó a sonar en mis oídos, lentamente me quedé dormida...
(...)
Hoy era día de partido Chile jugaba contra Panamá. Ya estaba con mi camiseta lista para el partido, estos últimos días no había pasado nada interesante, no había visto mucho al Erick porque había estado concentrado, pero habíamos hablado mucho por whatsapp, de hecho ahora estaba hablando con él. De repente mi celular comenzó a sonar, era el Erick.
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Just Give me a Reason || Erick Pulgar
Fiksi PenggemarSolo dame una razón para amarte otra vez... Saga futbolistas de la Roja Todas mis novelas están conectadas entre sí, pero no es necesario leer las otras para entender ésta.