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Por Sasuke

Cierro mi botella de agua mientras presto atención a las indicaciones del entrenador.

—A partir de la próxima semana, extenderemos una hora más el entrenamiento. El inicio de la temporada está a la vuelta de la esquina y los quiero bien preparados. Sasuke, necesitas más velocidad. Te estás quedando corto, y si las cosas siguen así, alguien más tendrá que ser el corredor. Chouji, la carrera de Sasuke depende de que tú lo cuides, y si estás distraído, toda la jugada valdrá nada. Concentrados, así es como los quiero. En fin, pueden ir a descansar. Los veo el lunes con todo el ánimo de patear traseros en el campo.

Todos comenzaron a reír por el comentario final del entrenador. Tomamos nuestras cosas y fuimos directo a las regaderas.

—Escuché que tu prima terminó con Sasori no Akasuna.

El comentario de Kiba llamó la atención del equipo. Naruto negó con la cabeza mientras guardaba su equipo de entrenamiento en su casillero.

—Ni lo intentes, Kiba. Sakura no está a tu alcance. De hecho, ninguno de los aquí presentes es digno de salir con mi prima. Es un alivio que haya mandado al diablo al inútil de Sasori—dijo Naruto, sentándose a mi lado.

—¿Por qué terminó con él?—pregunté sin mucho interés en la respuesta. Supongo que al final lo hice por tener un tema de conversación mientras esperábamos a que el resto de los chicos terminaran de vestirse.

—Sasori termina la universidad, Sakura apenas la empieza. Es obvio que tarde o temprano la diferencia de edad iba a joder esa relación. Es mejor así, viejo. Aunque, si te soy honesto, después de sus tres años de relación creí que Sakura pasaría los días llorando encerrada en su habitación. Joder, hasta había ensayado un discurso para levantarle el ánimo, pero ella anda como si nada.

Sonreí de medio lado al escucharlo.

—Entonces eso significa que ella estaba harta de él y que está lista para una nueva relación. Lo voy a intentar. Llevo años deseando dos cosas: la primera era que Sakura fuera mayor de edad y la segunda que terminara con ese imbécil. Ahora que ambas se cumplieron, haré mi intento.—Kanguro, el hermano mayor de Gaara, se mostró realmente animado.

Naruto se lanzó al ataque mientras yo me puse de pie.

—Dejen de jugar, es hora de irnos.—Tomé mis cosas y salí del vestidor.

Camino al estacionamiento, los chicos seguían discutiendo sobre quién era la mejor opción para Sakura. Era increíble que una cara bonita de apenas dieciocho años de edad descolocara a todo el equipo, donde la mayoría de los integrantes superábamos los veintidós años.

Una cara bonita.

—Hey, mira, creo que Hinata te está esperando—comentó Naruto a mis espaldas—. Creo que lo mejor es que le pida a alguien más que me lleve, viejo.

—No te preocupes por eso, yo te llevo. Solo sígueme la corriente.—Ambos nos despedimos del resto del equipo y continuamos el camino hacia mi auto, donde, en efecto, Hinata me esperaba recargada sobre el cofre.

—Naruto, qué gusto verte.—Hinata besó la mejilla de Naruto para después acercarse a mí, ponerse de puntillas y besar mis labios.

No correspondí como ella esperaba, pero eso no la sorprendió, ya que yo llevaba actuando de la misma manera desde hacía dos semanas.

—Creí que Neji te llevaría a casa. Ayer te dije que ayudaría a Naruto con su proyecto.—Abrí la cajuela del auto y dejé mis cosas dentro. Naruto hizo lo mismo, disculpándose con Hinata por su ineptitud en Mercadotecnia y el hecho de que yo tuviera que ayudarle a terminar un proyecto inexistente.

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