Por Sakura
Sasuke se quedó inmóvil. Admito que su expresión al saber sobre el embarazo me dolió y es algo estúpido pues yo ya había tomado una decisión al respecto.
Supongo que la pequeña niña creyente en finales felices llenos de amor y felicidad que aún vive muy dentro de mí se imaginó a Sasuke corriendo hacia mi dirección, tomándome de la cintura y levantándome mientras giraba en un círculo imaginario, confesando lo feliz que era al saberlo, prometiendo un divorcio con Hinata y que me llevaría a una hermosa casa en la colina más alta para vivir ahí el resto de nuestras vidas un amor que no debió ser... patético, un sueño patético que esa niña se creó al ver las estúpidas películas de Disney, esas donde las princesas viven su amor con los estúpidos príncipes sin siquiera conocerlos.
Por suerte, ya no hacía caso a esa niña. Por suerte, ya conocía la terrible realidad que se escondía detrás de algunos cuentos de hadas: la bella durmiente fue violada por su príncipe, pues este creyó que sería mejor no despertarla, ¿para qué hacerlo?; Blanca Nieves vivió esclavizada por los enanos y murió envenenada por su propia madrastra; al final, nadie llegó a salvarla; Rapunzel nunca escapó de la torre, pues después de pasar su vida en la torre, enloqueció al grado de crearse un cuento de amor el cual la llevó a lanzarse por la torre... tal vez Disney debió recrear tal y como eran los cuentos de los hermanos Grimm, pues así no habría tantas niñas ingenuas creyendo tonterías relacionadas al amor.
El amor no es lindo, el amor duele, te ilusiona al principio pero al final este te destruye, te rompe y se marcha.
Por suerte, yo no era una princesa creyente en esos cuentos. Yo era una princesa que dejó de creer en los cuentos de hadas, y con esto no digo que todas las mujeres del mundo sean como yo. Tal vez hay unas que aún creen y es hermoso que lo hagan, no siento envidia de ellas pero sí lástima, pues cuando la cruda realidad las alcance, sé que no habrá palabra que alivie su corazón.
Solo el tiempo, y muchas veces ni eso.
No habría ningún divorcio, no habría una casa en las colinas y no habría ningún bebé, pues ya había decidido que el embarazo no avanzaría más allá de hoy.
Tragué saliva después de juntar todo el valor que tenía en mi interior y volví a hablar.
—Sasuke, no te estoy confesando esto en espera de algún compromiso de tu parte. Te estoy contando esto porque eres la única persona en quien confío y necesito tu ayuda. Sé bien tus obligaciones y tus metas en la vida, pues al igual que tú, yo también tengo sueños y estos no se cumplirán si... Sasuke, yo no quiero ser como mi madre. La maternidad no está hecha para todas las mujeres... así que quita esa cara, por favor, mete tus cosas al auto y quita el seguro para que yo pueda entrar. Estoy cansada de esperar horas aquí parada.
Sasuke me miró fijamente, estaba asustado y no lo culpo, pues yo me sentía igual o peor.
—¿Cómo fue que pasó? ...Creí que tomabas la píldora.
—Dejé de hacerlo, me causaba urticaria, una reacción alérgica según mi ginecóloga. El implante iba a ser el reemplazo de la píldora, pero como ya no tenía ninguna relación, postergué la cita. Después de salir del elevador, fui a una farmacia, compré unas pastillas de emergencia y las tomé, pero también fui a casa de unos amigos. Bebí mucho ese día, vomité después de unas horas, creí que no habría problema, pues seguro la píldora ya había hecho su efecto... supongo que fue un error grave de mi parte. —Respondí una vez que nos encontramos ambos dentro de su auto.
—¿Qué pasará ahora? Sakura, yo no puedo ofrecerte nada ahora... mi padre me retirará los ingresos y...
—Ya te he dicho que no espero nada, tengo sueños, Sasuke. Tengo hermosos sueños y ser la amante de un hombre casado con un hijo bastardo no es uno de ellos. Imagina la vida miserable de ese bebé al saber que su padre está casado con otra. Sé que tú quieres fundar tu propia compañía, no depender más de tu padre, pero para eso aún faltan años... Como sea, un hijo no es lo mejor para ambos. Tal vez al final sí soy esa clase de mujer que se mete con hombres casados, pero de ninguna manera soy esa clase de mujer que intenta amarrar a un hombre con un embarazo no deseado.