Por Sakura
Apreté con fuerza la mano de Indra mientras el tatuador comenzaba su trabajo en mi brazo. La aguja perforando mi piel repetidamente era casi insoportable. Después de cinco minutos de tortura, comprendí que aceptar la idea de Indra de hacernos un tatuaje en pareja había sido un error. Él ya estaba acostumbrado a ese tipo de dolor, tenía decenas de tatuajes por todo el cuerpo, pero yo era de las que gritaba al ser vacunada.
Estuve a punto de rendirme cuando el tatuaje estaba por la mitad, pero Indra me animó a continuar.
Sonreí cuando vi el resultado final. En mi brazo tenía la mitad del tatuaje a color, mientras que la otra mitad en negro se encontraba en el brazo de Indra... un círculo zen que se completaba a la perfección si Indra y yo estábamos juntos.
Podrá parecer cursi para el resto de nuestros amigos, pero para mí era algo especial que él me pidiera hacer eso.
—Dentro de un par de meses será tu cumpleaños, ¿has pensado qué te gustaría hacer? —cuestionó después de que subimos a su auto.
—Nada escandaloso. Me gustaría ir a tu finca, cenar ahí como la noche que me gradué del instituto. Me encantó esa noche, a veces siento que fue ayer y eso que ya pasaron dos años.
Indra sonrió. Él mantenía la mirada fija en el camino. Lucía jodidamente atractivo. Me encantaba verlo usar jeans, tenis y una simple camisa, aunque también amaba verlo con sus trajes a medida.
—No puedo prometer que no habrá algo escandaloso, pues sabes que los chicos querrán celebrarlo en el Valhalla. Tal vez después podamos escaparnos a la finca, ¿te gustaría quedarte ahí un par de semanas? Solo tú y yo.
—Eso me haría realmente feliz. Últimamente has pasado mucho tiempo en tu estudio y yo he tenido más trabajo... Creo que nos vendrían bien unas vacaciones —dije entusiasmada.
—Entonces así será. Por cierto, mi padre me pidió asistir en su representación al baile de caridad que organiza cada año la familia Senju. Sé que los bailes de sociedad no son tus favoritos, pero me harías muy feliz si me acompañas.
Mordí mi labio inferior. El baile de caridad era el último lugar donde me gustaría asistir, pues en dicho baile se reunía la élite de Japón: los Uchiha, los Hyuga, los Nara, los Akimichi, los Yamanaka, los No Sabaku y... los Uzumaki, la familia de mi tía, a quien no había visto desde que salí de su casa como una cobarde, sin enfrentar mis problemas.
—Claro... te acompañaré —dije más por compromiso que por ganas, deseando que por alguna mágica razón me surgiera un compromiso de trabajo y al final no pudiera ir.
......
—¿Qué opinas de este vestido? —cuestioné saliendo del probador. Tayuya estaba sentada en el sofá de la sala de espera. Ella se había ofrecido a acompañarme a buscar un vestido ideal para la noche del baile.
Hizo una mueca de desagrado al ver el vestido, lo cual no entendí, pues era un recatado vestido verde de manga larga, largo para la ocasión, tal vez algo sencillo, pero no por eso dejaba de ser hermoso.
—Es horrible, aburrido, parece de vieja. Deberías llevar uno con transparencia, ya sabes, estilo Nicki Minaj.
—Imposible, es un baile de gala, no puedo ir vestida así.
—Eres una supermodelo, tú puedes vestir hasta un saco de papas si así lo quieres. Saca provecho de eso. Prueba con el negro que elegí para ti.
La señorita me acercó el vestido. Le di un vistazo y, bueno, no era malo, pero no me convencía. Cumplía con la etiqueta de ser largo, pero una de las mangas era de bordado en flores y transparencia, mientras que la otra era solo transparencia, y a la altura de la muñeca volvía el bordado negro, sin mencionar el escote en el pecho y una abertura en la pierna.