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Por Sakura.

El camino a casa de mis tíos después de salir de la clínica fue en completo silencio. Me moví incómoda en mi asiento cuando Sasuke bajó a la farmacia para comprar unas píldoras para el dolor y toallas sanitarias. Mordí mi labio inferior al sentir una fuerte punzada en el vientre.

El médico me había mentido. Dijo que no dolería y sí dolió, dijo que no tardaría y tardó. Supongo que está en la naturaleza del ser humano mentir a otros para así postergar un poco el dolor de la verdad.

Es estúpido... mentir es... estúpido.

—Aquí tienes —dijo Sasuke al tiempo que me ofrecía la bolsa con las compras de la farmacia—. Adentro dejé la receta médica.

—Gracias —respondí tomando la bolsa. Sasuke puso en marcha el auto, y durante el camino, yo me permití viajar más allá de aquel auto. El corazón me dolía, pero no tanto como para matarme.

Cuando llegamos a casa, Sasuke aparcó el auto al otro lado de la calle, pues Naruto estaba despidiendo a Kiba, Shikamaru, Gaara y su hermano mayor, Kankuro.

Ellos miraron en dirección al auto de Sasuke, supongo que no lo esperaban, al igual que nosotros no esperábamos que estuvieran afuera de la casa.

—¿Qué haremos ahora, Sasuke? —cuestioné preocupada, pues era obvio lo que pensarían si me veían descender de su auto a altas horas de la noche.

—Justo ahora no me importa lo que puedan pensar ellos. Vamos, que tienes que descansar. —Sasuke salió del auto. Kiba gritó su nombre y él lo ignoró al tiempo que rodeaba el auto hasta llegar a la puerta del copiloto. La abrió y me ayudó a salir del auto.

Fue difícil bajar, pues me dolía la entrepierna, tenía cólicos y podía sentir el vientre inflamado, tan inflamado que tal vez podría explotar. Al ponerme de pie, pude sentir líquido caliente emanar de mi zona íntima, sangre... olía a sangre, y aunque sabía que ese olor solo yo podía percibirlo, me sentí incómoda, así que me alejé de Sasuke.

—Gracias por traerme a casa, fue muy amable de tu parte —dije cuando noté que Naruto se aproximaba a nosotros seguido de sus amigos.

—Creí que te había quedado claro cuando te dije que debías alejarte de ella. —Naruto tomó a Sasuke del cuello de la camisa y Kiba trató de separarlos—. Hinata te espera en casa y tú estás aquí con Sakura.

—Apártate de mi camino, Naruto. No estoy de humor para tus estupideces —Sasuke empujó a Naruto con fuerza. Naruto casi cayó de culo al suelo.

—Ya basta, Naruto. Sasuke solo me dio aventón a casa, no hagas drama por...

—¡Deja de mentir, con un demonio! Lo sé todo, Sakura. No me creas tan estúpido. ¡Qué poca dignidad tienes, andar de puta con un...

Naruto no pudo terminar la oración, pues Sasuke lo había golpeado en el rostro, mandándolo al suelo gracias a la fuerza del impacto.

—No te atrevas a insultarla porque entonces me olvidaré que eres mi amigo. —Shikamaru intentó alejar a Sasuke después de que Naruto se puso de pie. Kiba y Gaara sujetaron ambos brazos a Naruto.

—Tú ya no eres mi amigo —respondió mi primo.

Genial... acababa de arruinar una amistad de años... aunque tal vez era lo mejor para ellos. Después de todo, Naruto también había fallado al código de amistad.

—Hey, vamos viejo, estás ebrio. Sasuke solo trajo a Sakura a casa... no digas cosas de las que te arrepentirás después —Kankuro intentó hacer que Naruto entrara en razón.

—No, déjalo. Él sabe lo que dice. Naruto debe madurar de una puta vez —Sasuke se alejó de Kiba para después acercarse a mí. Sasuke me tomó entre sus brazos, le pedí que me bajara, pero él ignoró mi pedimento. Entró conmigo en brazos a casa, subió las escaleras hasta que llegamos a mi habitación. Por suerte, no nos encontramos con mi madre en el camino, solo un par de empleadas domésticas, pero nada importante.

COLORSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora