Por Sasuke.
—¿Qué haces aquí? Creí que no querías volver a verme.
Había pasado toda la maldita tarde siguiendo a Sakura después de que salió de la preparatoria. Esperé pacientemente a que su amigo la dejara en su casa y luego a que ella saliera, como cada miércoles, a caminar por uno de los parques del complejo.
—Tengo que hablar contigo.
—Curioso, hace unas semanas yo también quería hablar contigo y me echaste después de llamarme puta, loca y acosadora. Es curioso, ¿no? —Sakura se ató el cabello en una coleta.
—No puedes tener ningún tipo de amistad con Indra. Él no es un buen tipo. Le fracturó la pierna a Itachi, literalmente se la partió en dos, y luego se excusó diciendo que solo aplicó su jugada. Sakura, aléjate de él.
—Insisto, es muy curioso. Yo te pedí lo mismo respecto a tu ahora esposa. Te busqué para hablarte sobre ella y tú dijiste que meterías las manos al fuego por ella. Bien, ahora yo soy quien está dispuesta a meter las manos al fuego por Indra.
—Tú no lo conoces tan bien como yo —la tomé del brazo, obligándola a detener su andar. Ella me miró, estaba molesta... yo también lo estaba.
—Pues quiero conocerlo. Quiero sacar mis propias conclusiones sobre Indra. Ya tengo mi opinión sobre ti y creo que de quien debería alejarme es de ti. Me insultaste, Sasuke. Me llamaste zorra y la defendiste a ella. Pues ahora ve con ella, disfruta tu matrimonio y envíame una foto de tu bebé cuando nazca.
Sakura se soltó de mi agarre y retomó su andar.
—¿Y qué querías que hiciera? ¿Acaso esperabas que te confesara lo mucho que te amo? ¿Y después qué, Sakura?
Ella se volvió hacia mí.
—Después tal vez yo te hubiera correspondido. Si fui a buscarte fue por algo, Sasuke. Pero tú solo te cerraste en lo que está bien y lo que no según tu padre, porque apuesto a que a ti te vale una mierda si me he acostado con mil o dos mil hombres. No importa con cuántos estuve, lo importante era que tú fueras el último. Pero echaste todo a perder por una embustera, porque eso es tu muy decente esposa. Sacar la verdad a la luz es algo que a mí ya no me corresponde. Descúbrelo por tu cuenta y vete mucho a la mierda.
Sakura me dio la espalda nuevamente.
—Bien, entonces que te follen.
—¡Si es Indra, mejor! —gritó sin detenerse, levantando el brazo y mostrando el dedo medio.
Le di una patada a una botella que estaba tirada en el suelo, luego fui a recogerla porque no podía soportar la idea de contaminar el entorno.
Volví a mi auto, golpeé un par de veces el volante, encendí el motor, conecté mi celular y puse "Should I Stay or Should I Go" de The Clash a todo volumen. Conduje hasta llegar a casa.
Hinata estaba tomando el sol en el jardín mientras las empleadas domésticas preparaban todo lo necesario para la cena. Subí a nuestra habitación, me di un baño y después de vestirme, me recosté en la cama. Estaba cansado, y no solo físicamente. Pensar en Sakura todo el tiempo y saber que jamás podría volver a tenerla me estaba jodiendo más de lo que creí.
Y aunque al principio pensé que lo que sentía por ella no era más que una obsesión, ahora entendía que era definitivamente mucho más que eso.
—La cena ya está servida.
Hinata entró a nuestra habitación tímidamente, cubriéndose con una toalla pues solo llevaba puesto su bikini. Ella había estado tratando de seducirme y poco a poco intentaba mostrar más de su cuerpo cuando estábamos solos.