Por Sakura.
Me crucé de brazos tratando de disimular el frío que comencé a sentir un par de minutos después de salir del club. Froté mis manos sobre mis brazos buscando calentarlos un poco, pero al hacerlo me di cuenta de que poco faltaba para dejar mis senos expuestos a la mirada de Naruto. Rápidamente acomodé mi escote y bajé los brazos. Él sonrió, se quitó el saco y lo colocó sobre mis hombros. Inmediatamente pensé en quitármelo y golpearle la cara con él hasta cansarme, pero el frío que tenía era más que mis ganas de golpearlo, así que tuve que conformarme con golpearlo en mi mente.
—¿Y bien, qué es lo que necesitas decirme? —cuestioné mostrando mucho, mucho fastidio.
—Que estás hermosa, aún más que cuando me fui.
Rodé los ojos y suspiré.
—¿Aja? ¿Para eso me hiciste salir? Jodete, jodete y, si no puedes hacerlo, entonces busca quién te joda hasta la muerte. Eres... eres un maldito imbécil. Jodiste mi vida, estúpido animal, y después te fuiste como un vil cobarde. Me quedé sola con toda la maldita culpa, estúpido mentiroso.
Sin aguantar más, me lancé a golpearlo en el pecho con todas mis fuerzas, aunque claramente eso era para él como cosquillas, pues podía verlo sonreír. El hijo de puta sonreía, y eso me hizo enojar aún más. Desesperada, clavé mis uñas en la piel expuesta de su pecho, sus brazos e incluso su cuello.
—Te odio, no sabes cuánto te odio.
—Pero yo a ti no, sin importar cuántas veces me rompas el corazón. Créeme cuando te digo que yo nunca te voy a odiar —dijo, tomando mis manos. Intenté soltarme de su agarre, pero mis intentos fueron en vano—. Ahora cálmate, deja de actuar como una maldita desquiciada.
—¿A qué volviste?
Él comenzó a reír.
—Me han preguntado lo mismo muchas veces hoy. Bien, te daré dos opciones como respuesta a esa pregunta, una es falsa y la otra no. Tú decides. Volví para hacerme cargo de algunos negocios que mi padrino tiene aquí en Japón. Estoy en un proceso de rehabilitación y en busca de una buena mujer con quién compartir mi vida, pues estoy harto del sexo casual con bellas actrices, modelos e hijas de la alta sociedad taiwanesa. La otra opción es que volví para joder a todos, arruinaré sus maravillosas vidas destapando la cloaca para sacar la mierda de personas que en realidad son, mientras disfruto del dinero que mi padrino me dio sin pedir nada a cambio, porque él es mil veces peor que el más jodido cretino del país. No estoy en ningún tratamiento de desintoxicación y obviamente el sexo casual no lo dejaré por nada ni por nadie. Volví siendo una mierda. ¿Qué opción eliges, Sakura?
Me quedé en silencio por un momento, mi cuerpo comenzó a temblar debido al frío. El estúpido vestido era hermoso, pero no me cubría nada del frío.
—Tu vida debe ser un asco como para que la venganza y destrozar la vida de otras personas sea lo único que te cause placer. Siempre supe que no eras buena persona, pero nunca imaginé que tu nivel de maldad fuera tan grande, Naruto. Estás jodidamente enfermo.
Él sonrió de medio lado.
—Muy bien, Sakura, elegiste la opción correcta. ¿Puedes creer que Sasuke realmente creyó que volví para hacerme cargo de un negocio? Lo creí astuto, pero solo es un imbécil más del montón.
—Tu odio hacia él debe ser grande. Tal vez se debe a que nunca podrás superarlo, así sea un imbécil como tú dices.
Naruto ejerció fuerza en el agarre a mis manos. Me quejé de dolor e intenté nuevamente soltarme.
—Digamos que nunca le perdonaré que se metiera con lo que es mío. Aunque, ¿quién podría resistirse a una zorra como tú? Maldita mentirosa, juraste amarme, pero al final terminaste en la cama del primero que te mostró una sonrisa.