Por Sasuke
La espera me pareció eterna. Caminé de un lado a otro en el pasillo hasta que finalmente el doctor salió.
—¿Cómo está? —pregunté, preocupado.
—Ella ya está estable. Logramos detener el sangrado, pero si quiere que el embarazo llegue a término, debe estar en reposo absoluto. Contrate personal de enfermería, porque no podrá levantarse de la cama a partir de ahora. En la ecografía evidenciamos un desprendimiento prematuro de placenta.
—¿Eso es grave?
—La hemorragia podría volver si no se toman los debidos cuidados, lo que pondría en riesgo tanto la vida de su esposa como la de su hijo. Así que sí, es grave.
Mierda.
—¿Puedo entrar a verla?
—Sí, solo no la altere. Debe mantenerse tranquila en todo momento. La tendremos en observación un par de días y después podrán ir a casa. Ahora, si me disculpa, debo atender a otro paciente. Más tarde la enfermera vendrá para darle indicaciones. Me retiro.
Me dejé caer en la silla después de que el doctor se marchó, cubrí mi rostro con mis manos y lo froté, sintiéndome jodidamente culpable.
Me armé de valor, me puse de pie y entré a la habitación donde se encontraba Hinata.
—Hola —dije quedamente. Al verla ahí recostada sobre la cama, tan indefensa, pálida y asustada, me sentí una gran mierda egoísta.
—Sasuke... yo te amo y... —ella comenzó a llorar. Eso no era bueno. Me acerqué para sentarme a su lado en la cama, la tomé entre mis brazos y ella recargó su cabeza en mi pecho. Tomé una de sus manos entre las mías.
—No digas nada. Solo debes relajarte y descansar. Hinata, sé que hoy dije muchas cosas... supongo que solo soy un imbécil. Perdón por todo.
Ambos nos quedamos en silencio. Pensé en tantas cosas. Hinata no merecía la mierda que yo era. Antes me agradaba, podía intentar comportarme mejor con ella por los viejos tiempos. No cambiaría mis planes de estar con Sakura, pero mientras tanto, dejaría de comportarme como un imbécil con Hinata.
Un par de horas más tarde, los padres de Hinata y mis padres entraron a la habitación. Como era de esperarse, el padre de Hinata estaba molesto conmigo.
—No seas malo con Sasuke, padre. Él no tuvo la culpa de nada. Yo fui una tonta. Me levanté al baño y me caí. Sasuke estaba en la cocina preparando un chocolate para mí, y fue una suerte porque subió rápido y me trajo al hospital. Papá, Sasuke estaba muy preocupado, no lo molestes más, por favor.
Hinata mintió a su padre sobre lo que realmente pasó. Ella me cubrió y defendió, no solo de su padre sino también del mío, quien, como ya era costumbre, me miró con desaprobación.
Hinata pasó tres días en el hospital. Tuve que quedarme con ella. Recibí un par de mensajes de Sakura el día que nos tocaba reunirnos en la biblioteca, pero no pude responder. Hinata debía mantenerse tranquila. Ya hablaría después con Sakura y le explicaría lo sucedido.
Contraté personal médico para que se hiciera cargo de los cuidados de Hinata, y aunque ella me suplicó no dejarla sola en casa, de alguna manera la convencí para poder ir a la universidad.
Pocos en el grupo sabían lo que había ocurrido con Hinata. Ellos me mostraron su apoyo e incluso se organizaron para visitarla después de enterarse de que no volvería a la universidad. Hinata terminaría sus clases online y, después del nacimiento del bebé, retomaría las clases presenciales.
—Hinata me contó lo que pasó con Sakura en el elevador. Ella dijo que tú insistes en buscar a Sakura. Sasuke, Hinata me pidió que te vigilara... pero ya eres un adulto y eres consciente de lo que está bien o no. Yo... solo le dije a Hinata que lo haría para que esté más tranquila.