Me recosté en mi cama y desbloqueé la pantalla de mi celular. La foto de perfil de Indra Ōtsutsuki inundó mis pupilas.
Era un chico bastante apuesto, con una mirada seria y facciones finas. Su semblante orgulloso se complementaba con un piercing tipo septum que adornaba su nariz. Al llevar el pecho descubierto, pude apreciar que uno de sus brazos estaba completamente tatuado, mientras que el otro solo en la parte inferior. Su pecho, al igual que el de Sasuke e incluso Itachi, estaba marcado por un increíble six-pack, de esos que solo los chicos dedicados al gimnasio suelen tener.
Un dios.
Así lo describiría si mis amigas me llegaran a preguntar por él. Sonreí como una estúpida mientras continuaba revisando su perfil de Facebook.
Después de indagar y explorar su perfil, descubrí que a él le encantaba salir de fiesta, ir a la playa, el rock, hacer ejercicio, y era rico. Además, no tenía novia.
—Mierda, ¿y si es homosexual? O peor aún, ¿qué tal si lo tiene pequeño? Es normal que un hombre con tantos músculos lo tenga pequeño... aunque Sasuke e Itachi no lo tienen así... santo dios, ojalá no sea homosexual... dios, ojalá tampoco lo tenga pequeño.
Dije para luego arrojar mi celular a un rincón de mi cama.
..........
El miércoles, después de la escuela, hacía un calor insoportable. Así que cuando terminé mi tarea, me puse mi bikini y fui directo a la alberca. Di un par de vueltas, brazadas cortas e incluso intenté nadar mariposa, aunque eso último no salió muy bien.
Tal vez la natación no era lo mío.
Cuando salí de la alberca, el sol apenas se estaba ocultando y comenzaba a refrescar. Me sequé bien antes de entrar a la casa. Fui a la cocina, tomé una soda de la nevera y, cuando cerré la puerta, casi me muero del susto.
—¡Con una mierda, Sasuke, casi me da un infarto! —exclamé mientras ponía una mano sobre mi pecho.
—Así que ya tienes un reemplazo, eres rápida, Sakura.
—Ay, por favor, no me vengas con eso. Tú eres el tipo que se fue con una chica de gafas solo porque...
No pude terminar de hablar. Sus labios se presionaron contra los míos, sus manos sobre mis glúteos, me pegó a su cuerpo. El aroma de su fino perfume inundó mis fosas nasales. Lo tomé de la camisa, él mordió mi labio inferior, abrí la boca soltando un pequeño gemido y él introdujo su lengua. Una de sus manos se dirigió lentamente desde mis glúteos hacia mi zona íntima, para luego comenzar a acariciarla por encima del bikini.
—Creí... creí que ya no querías saber más de mí... —dije con gran dificultad.
—Cállate, Sakura... solo cállate —ordenó Sasuke. Apartó la parte baja de mi bikini y se abrió paso entre mi humedad. Sonrió contra mis labios al percatarse de lo ansiosa que estaba por recibirlo entre mis piernas.
Uno de sus dedos entró. Mordí mi labio inferior, ahogando un fuerte gemido mientras recargaba mi frente contra su pecho.
—S... Sasuke, Naruto... —susurré mientras llevaba mi mano izquierda a la erección de Sasuke, la cual ya era notable a través del pantalón.
—Él está dormido. Últimamente ha estado bebiendo más de lo normal. No te preocupes, no despertará.
Sasuke se inclinó para besar y morder mi cuello, marcándolo.
—Mi habitación, mis tíos... —¡Genial! Ahora estaba hablando como una idiota, pero siempre era lo mismo cuando Sasuke estaba cerca de mí.
Él me levantó del suelo como si fuera una hoja de papel. Enrollé mis piernas a su cadera y, entre beso y beso, logramos llegar a mi habitación sin ser descubiertos.