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Por Sakura.

Dos meses después de conocer una parte del pasado de Indra, mi madre apareció en casa de mis tíos. Estaba realmente molesta cuando me vio llegar de la universidad.

Yo esperaba un abrazo afectuoso y palabras de amor, pero lo único que recibí fue una maldita bofetada.

—¿Quieres explicarme qué es esto? —cuestionó furiosa, mostrándome una de las revistas de moda más populares.

—Eso es una revista, madre.

—No te hagas la estúpida conmigo, Sakura. Tu padre me llamó hace tres días, lleno de furia, y me dijo que si no puedo criarte, entonces debo enviarte a Irlanda para que él mismo se encargue de tu educación. ¿Sabes lo que eso significa para mí? Quedé como una incompetente por tus tontas acciones —dijo mientras hojeaba la revista hasta detenerse en una página específica y mostrármela. Ahí estaba yo, vistiendo un hermoso vestido café de cuello alto y manga larga de Celine. Era la nueva línea de ropa y yo era parte del equipo de modelos elegido para ser la imagen de dicha línea.

Con la mano en la mejilla, me acerqué para tomar la revista. Mis ojos ardían, aguantando las ganas de llorar. Mi tía Kushina se encontraba detrás de mi madre, luciendo realmente preocupada por la reacción tan agresiva hacia mí, ya que nunca, repito, nunca me había golpeado o levantado la voz.

Siempre había hecho lo que ellos querían... pero no más. No soy un proyecto de laboratorio al que pueden manipular a su antojo. Y si lo soy, pues se joden porque el experimento les salió mal y su maldita creación se acaba de revelar.

—Oh, me alegra que te enteraras. Me veo fantástica, ¿no es así? —dije con una enorme sonrisa fingida mientras degustaba el sabor metálico de mi sangre. Al parecer, el golpe me había lastimado la mejilla internamente.

—¿O sea que te alegras de tu estupidez?

—No es ninguna estupidez, mamá. Es lo que quiero hacer. Te hubiera contado antes, pero pasas todo el maldito día encerrada en tu estúpido laboratorio y dejar el recado con tu asistente no me va. Lo mismo pasa con papá. Si no está buscando bacterias, está follando por ahí con quién sabe quién. Acéptalo, mamá, ya no soy más el cachorro al que dejabas encargado mientras te pierdes por meses.

—¿Acaso te estás drogando? Sakura, esto no es lo que acordamos. Planeamos que terminarías la universidad y después irías a Inglaterra a hacer tu postgrado y...

—Eso es lo que acordaste con papá. Yo no quiero estudiar medicina. Esa no es mi vida, mamá, es la tuya. Estoy harta de hacer lo que tú quieres y cuando tú lo quieres.

—Sabía que era mala idea dejarte tener novio. Ese vago de tu amigo solo te está llenando la cabeza de tonterías.

—No, mamá, no son tonterías y Menma no es ningún vago.

—¡Yo no te eduqué para que seas una prostituta!

—Es que tú ni siquiera me has educado. Me dejas a cargo de mi tía y no es su obligación. Prostitutas son con las que se acuesta papá, no yo. Yo voy a ser modelo, te guste o no.

—Es todo. En este momento iré a la universidad para solicitar tu baja definitiva. Llamarás a tu padre y le pedirás un boleto a Irlanda.

Mi madre salió de la casa dando un fuerte portazo. Mi tía me recomendó pensar las cosas después de tranquilizarme. Dijo que hablaría con mamá y la haría cambiar de opinión para que pudiera quedarme en Japón. Dicho esto, salió de la casa dejándome sola.

Agradecí tener una tía tan buena. Subí a mi recámara y casi de inmediato me miré al espejo. La mejilla donde mamá me había golpeado estaba completamente roja... seguro después tendría un hematoma.

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