Capítulo 7: Ya no puedo

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Se mantenía dando vueltas a lo sucedido, aunque ya habían pasado algunas horas desde que estaba acostado en esa cama. Lo habían dejado libre como se lo dijeron. Nadie lo molestó y estaba agradecido por eso.

-Jin.... Necesito decirte algo- Suho ingresó a la habitación, estaba decidido, después de haber escuchado la confesión de Seeri sobre la familia de Jin, la intriga lo hizo actuar y se propuso a averiguar por su cuenta. Ya había hecho cosas antes a favor del grupito que estaba a su cargo, sin que necesariamente los demás miembros de la casa se enteraran.

El pelinegro se sentó sobre la cama, no se inmutó ante la presencia del otro, se podría decir que podía confiar en el de cierto modo. Esperó paciente a que hablara, lo que le llevo unos minutos. Pudo notar algo de duda en su actuar.

-Veras...mira seré claro – hizo carraspear un poco su garganta para recobrar su tono- Yo ya sé que es lo que pasó en realidad con tu familia.

La línea de pensamiento de Jin se quedó en blanco, su corazón se detuvo por un momento.

¿Quería escuchar lo que Suho tenía para decirle? ¿Se arriesgaba a confirmar lo que le dijo Seeri? ¿Algo peor podría suceder? ... ¿O tal vez, podría confirmar que todo fue una mentira?

-Dilo...por favor dímelo.

- Tu hermana Jisoo si se suicidó Jin. Fue un par de meses después de que llegaras aquí. Por la zona se corría la voz de lo sucedido. No estoy muy al tanto de los detalles, solo se que fueron ingresados a un hospital por signos de envenenamiento. Jisoo había llegado cadáver, pero pudieron salvar al bebé. Él quedó con secuelas Jin, sufrió de una parálisis del cuerpo. Sé que con algunas terapias pudo recuperar algo la movilidad, ahora esta en una casa hogar del estado, pero no pude averiguar más. Yo ...de verdad lo lamento Jin.

-Quiero estar solo, por favor vete- fue lo que alcanzó a decir antes de recostarse de nuevo y abrazar sus piernas contra su pecho.

Suho lo vio por unos instantes con pena, se cuestionó si fue buena idea decirlo todo, pero ya no había mas que hacer, las cosas ya estaban hechas. Solo se puso de pie y se retiró.

Jin se mantuvo con los ojos abiertos, enfocando un punto en la nada. No lloró, a pesar de que la cruel realidad le fue confirmada, simplemente no lloro. A pesar de que sentía que su corazón se quebró y un dolor incesante se instalaba en su pecho, no lloró. Solo se mantuvo abrazándose a si mismo, hasta que alguien vino de nuevo a interrumpirlo.

-Smeraldo, tu descanso termino, llegaron mas clientes, así que tienes veinte minutos- Dijo apenas un hombre que se detuvo en la puerta de la habitación. Le dio un par de indicaciones más a otros chicos que estaban ahí también y se fue.


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Ya algo entrada la tarde, el arribo de Namjoon a Magic Shop no pasó desapercibido para su padre que también se encontraba en el establecimiento. Fue recibido en la oficina del líder.

-Padre, tengo algunos puntos serios a tratar contigo- Conciso y directo, terminó por sentarse frente al escritorio del mayor.

-Ayer pudiste echarle un ojo al negocio, dime tenemos chicos de calidad, ¿o no?  - Oh Sung presumía de la casa que mas ganancias y orgullo le producía- Además, la señora Park hizo una ampliación que ayer no pudiste ver, es en la parte de atrás, digamos que es más como un ambiente similar a un bar nocturno en donde mis muchachos pueden exhibir sus habilidades y belleza.

-Nada de eso. ¿Sigues suministrando droga para la resistencia a tus "muchachos"? - hizo énfasis con sarcasmo, sin poder evitarlo, en la última palabra. Antes de llegar se había prometido no perder la cordura, y vaya que le estaba costando.

Magic Shop - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora