Capítulo 47: Se acabó

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Se acercó al tembloroso cuerpo del pelinegro sentado en el piso, mientras jugueteaba con el arma en su mano, y a pesar que Jin trató de arrastrase para alejarse fue tomado por el mentón.

-Por favor se-señor Kim, déjelo ir...y-yo me quedaré con usted- Jin negaba frenético, viendo que el fuego ya empezaba a entrar a la habitación- Es su-su hijo por fav-vor.

-Maté a la mujer que amaba por el simple hecho de que lo prefirió a él antes que a mi ¿Crees que dejaré ir a ''Mi hijo'' después de eso? – Oh Sung se iba acercando con la intención de besarlo.

- ¡NO LO TOQUES! ¡MALDITA SEA, NO LO TOQUES! - Namjoon sacó fuerzas de donde sea y logró ponerse de pie, dispuesto a enfrentarse con todo.

El cañón de la pistola en la sien de Jin lo detuvo, solo se quedó de pie. Namjoon había analizado su posición, necesitaba de medio segundo para que todo se volteara a su favor. Solo hacía falta que Oh Sung se acerqué, se acerqué lo suficiente. Pero sabia también que no sería fácil que Oh Sung lo hiciera.

- ¿Crees que merecías a Ji Woo? – altanero, levanto el rostro con superioridad – Ella me escogió a mí, se quería ir conmigo.

- ¡Cállate!¡Ji Woo es mía!¡ Es mi reina, mi Wangbi!

-Yo la hacía reír, yo fui la cosa más preciada para ella desde que llegué a su vida- Namjoon sabía que Oh Sung lo veía como un rival. No como a un hijo que captó toda la atención de su madre, no. Lo veía como al hombre que la alejo de la mujer que amaba – Tu solo le dabas momentos de vergüenza y dolor, mientras conmigo se desahogaba, aunque haya tratado de ocultarlo, yo la veía llorar por tu culpa Oh Sung.

Lo que el moreno buscaba se cumplía poco a poco. El viejo Kim empujo el cuerpo de Jin con fuerza, y este rodo un par de vueltas en el suelo. Namjoon apretaba los dientes y se reprimía de dar siquiera un paso, no podía hacer nada que provocara que Oh Sung recuperar la cordura.

-Wangbi es una palabra antigua que significa esposa del rey, fue el nombre que yo escogí para ella cuando regresó a prestar sus servicios, porque quería que recordara a quien le pertenecía. Ji Woo es mía – caminaba paso por paso, con los ojos a punto de salirse, las pupilas completamente retraídas y la sonrisa temblante – Jin también es mío, y esta vez no me lo quitaras, moriremos juntos. Así sucederá, de nuevo conseguiré lo que quiero y tu no podrás hacer nada ¡Me llevare al infierno a la persona que me hizo ser el segundo en la vida de mi reina!

-Jin es mío, y yo soy suyo, él es la persona que yo quiero. Solo amarrado puedes hacer que él esté a tu lado ¡SI LO SUELTAS APOSTARÍA MI VIDA A QUE CORRERÍA HACIA MÍ! – como si fuera la gota que derramó el vaso, Oh Sung cargó el arma.

Namjoon respiraba intranquilo, contrario a su plan, todo parecía acabarse. Sentía que la piel le empezaba a quemar, la cabeza le explotaba y todo el cuerpo le dolía, y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a el viejo Kim apuntándolo en la frente.

-Di tus últimas palabras, maldito bastardo.

-Vete al infierno – Namjoon sonrió complacido, cuando detrás de Oh Sung vio a Jin con un jarrón, y vio como lo estampó en la cabeza del mayor.

El tiempo que había hecho el moreno, le sirvió a Jin para liberarse. Tenía las muñecas destruidas, con líneas abiertas al rojo vivo, Namjoon vio eso y solo fue un medio para que Jin no fuera descubierto.

Igual que la primera vez, aun con las manos atadas, el más alto logró desarmar a Oh Sung arrebatándole el arma, y esta vez sí logrando quedarse con ella. Le dio un disparo en cada pierna, a la altura de los muslos, lo que provocó que el viejo Kim termine de caer.

- ¡Namjoon!¡Namjoon! – Jin corrió y lo ayudo a desatarse, y de inmediato fue envuelto por los brazos del moreno.

- ¿Qué vamos a hacer? – se deshizo en llanto, por el dolor emocional y físico, porque ahora estaban siendo acorralados cada vez más, y sentían que el aire ya se extinguía.

Magic Shop - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora