Parte 1

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Desde el momento en que el bardo empezó a seguirle sabía que le traería problema.

Al principio eran problemas tontos y sin embargo empezó a acostumbrarse a tenerle revoloteando a su al rededor.

Ambos eran hombres y mantenían una vida sexual activa, siempre en cada pueblo se daban lujo de estar con algunas damas.

Por lo general él recurría a prostitutas.

Jaskier era diferente, siempre enamorando con versos a damas nobles y plebeya, no tenía un gusto específico, le había visto andar con morenas, rubias, altas, bajas, delgadas y rellenas, bellezas y poco agraciadas. Si hubiese tenido que decir algo que las mujeres tuvieran en común sería el hecho de que todas irradiaban dulzura.

Así fue por mucho tiempo, tanto que su corazón acepto a Jaskier como su fiel compañero. En este punto de su vida, no se imaginaba viajar solo de nuevo.

Y entonces paso, hoy fue diferente a lo habitual, de la habitación de Jaskier no salía una dulce dama.

Le vio, era un tipo alto, tan alto como él y fornido, cabello rojizo.

Vio al hombre de pies aún en la puerta y como su bardo salía a besarle.

Apretó su mandíbula y sintió su sangre arder. Su pecho se contrajo y sintió mucho enojo.

¿Por qué?

Aún no lo sabía... lo único que sabía es que quería arrancarle la cabeza al otro tipo.

Cortos GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora