Dúo inexplicable

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—Dime porqué no debería llamar a la policía ahorita mismo por acoso.

—Te voy a dar tres razones, la primera es que eres mi mejora amiga y tienes que estar conmigo hasta enterrando cadáveres, la segunda es que no lo acoso, solo lo observo algunas veces.

—Si con algunas veces en realidad te refieres a todos los días a todas horas, entonces sí.

—Y la tercera, es que adoras verme metido en mis operaciones de conquista.

—Tienes razón, adoro ver a mi querido Gold culisuelto hacer de las suyas.

—¡Yellow! Respeta mi poca dignidad restante ¿Quién se atrevió a quitarte la inocencia?— Preguntó Gold pretendiendo indignarse.

—Fuiste tú en el momento que nos hicimos mejores amigos.

Las risas resonaron en toda la habitación, los amigos disfrutaban de un tiempo juntos una vez más.

Por más que parecieran un duo imposible, Gold y Yellow se llevaban espeluznantemente bien, y desde hace ya un año que tenían una amistad muy cercana.

Pero ese no era el tema en cuestión en estos momentos. Lo que les interesaba esta vez era otra cosa sumamente diferente.

—Y dime, tú que hablas hasta cuando no debes ¿Por qué rayos no le has hablado aún a tu vecino ese que hace que mojes las pantis que no tienes?— Sí, Gold estaba perdidamente templado por su vecino.

Desde hace 2 meses que se enamoró de ese chico pelinegro y sus bellas melodías en violín. Y lo único que sabía era que se llamaba Ruby.

—¿Qué quieres que haga? ¿Qué lo interrumpa en medio de su práctica y le diga "Hola, me encanta verte tocar todos los días, me llamo Gold por cierto."?

—Eh, sí. Es la única forma. No es como si hubiera alguna otra forma de que note, te recuerdo que no eres ninguna rayita de fanfic.

—¡Aunque sea déjame soñar!

En el momento que Yellow iba a responder, Gold pone un dedo sobre sus labios pidiendo silencio. Y a los segundos se empieza a escuchar la melodía de un violín.

—¿Qué hace tocando a esta hora...? Normalmente los viernes toca a las 6, aún es muy temprano.— Se cuestiona Gold.

—Me das miedo chico.— Yellow lo juzga con la mirada por unos segundos, hasta que una idea le prende el foco.—Es tu oportunidad, salgamos a hablarle.

En eso Yellow se para pretendiendo salir al balcón a hablar con Ruby, pero Gold al darse cuenta de sus intenciones la mira con horror e intenta llevarla devuelta a la habitación, y antes de que logre salir a la sala en dirección al balcón es que ambos tropiezan y caen al piso, siendo que Gold termina sobre ella. Se miran unos segundos, preguntándose cómo algo tan cliché les puede estar pasando siendo que ellos son los menos indicados. Luego de ello se separan, ríen un poco y se quedan sentados en el piso.

—Mira, si tú no estuvieras con Red y yo aún pensara que eres un pan de Dios, entonces esto pudo haber tenido resultados distintos.—Le dijo Gold, en respuesta Yellow sonríe y apoya su cabeza en el hombro de Gold.

— Menos mal entonces.—Yellow suspira y cierra los ojos.— Tu chico sigue tocando, ¿en serio no iremos a hablarle? 

— Nah, hoy solo quiero chismear y ser bulleado por mi mejor amiga, nada de chicos.

— Eso dices ahorita, pero si de repente tu vecino te dijera que quiere una noche salvaje en el callejón del edificio irías volando.— Respondió Yellow, fingiendo estar indignada, y Gold se ríe. 

— Ni lo dudes. Pero así me quieres, culisuelto y todo.

— Culisuelto y todo.

Porque por más que sean un dúo inexplicable, Gold y Yellow son los mejores amigos, y eso es lo importante en este momento. 

Oneshots PokespeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora