4.

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Al día siguiente despierto con un terrible dolor de cabeza. Me levanto para poder ir al baño, me cepillo los dientes y me meto a bañar. Cuando salgo de bañarme me pongo ropa cómoda, salgo de la habitación y me dirijo al cuarto de mamá para verla.

–Hola ma– Digo apenas entro al cuarto y la encuentro recostada viendo una revista.

–¿Cómo la pasaste anoche? –Ella al verme, me regala una sonrisa tierna.

–Bien, ¿Tienes una pastilla para el dolor de cabeza? – Mamá suelta una risita y del cajón de su mesa de noche saca una pastilla. Le digo que ya vuelvo y salgo de su habitación.

Al entrar a la cocina me encuentro con Martha haciendo el almuerzo, me sirvo un vaso con agua y la saludo.

–Meli, recuerda que hoy tienen una cita con el doctor de tú mamá.

–Sí, en la tarde la acompaño, gracias por acordarme. –Martha me regala una sonrisa y sigue con lo suyo, me tomo la pastilla y vuelvo al cuarto de mamá.

***

Me encontraba dirigiéndome hacía el médico con mamá. Cuando llegamos nos sentamos a esperar a que nos llamaran.

Después de unos minutos, una enferma nos dijo que ya podíamos ingresar.

–Buenas tardes, doctor. – Mi mamá lo saluda mientras yo le doy una media sonrisa, nos sentamos en frente del doctor a esperar a que hable.

–Buenas tardes. –El doctor nos dedica una mirada seria y sé que algo no anda bien.

–¿Pasó algo? –Mamá voltea a verme y me agarra la mano. El doctor se acomoda sus lentes y nos muestra un examen.

–Como saben, ya acabamos las quimioterapias y los exámenes nos muestran que el cáncer ya está muy avanzado– Guarda silencio mirándonos como si no quisiera decirnos más– Lamento decirles que ya no hay nada que hacer.

Mamá suelta un sollozo y me aprieta más la mano, no sé qué decir, no puede ser cierto que ya no haya nada que hacer.

***

Al llegar a casa me acuesto con mamá mientras lloro en silencio, aferro con fuerza la mano de ella y me la llevo a los labios, le dejo un beso ahí y pongo su mano en mi corazón, saber que ya no podemos hacer nada más, me rompe el corazón.

–No llores más, mi niña, yo estaré bien. –Mamá me dedica una sonrisa triste, sé que a quien más le duele es a ella.

–No quiero perderte– La abrazo con fuerza y lloro aún más.

–No me perderás, yo siempre estaré contigo. – Mamá se rompe conmigo y lloramos abrazadas.

Después de unas horas siento su respiración más lenta, me levanto despacio y me dirijo a mi cuarto. Cuando Martha nos vio llegar, supo que traíamos malas noticias, no hubo falta decirle algo, al vernos llorando, ella también lloró.

Entré a mi cuarto y me tumbé boca abajo para poder llorar más, sentía rabia con la vida por querer arrebatarme lo último que me queda, me permití llorar hasta quedarme dormida.

***

Me levanté sintiendo un nudo enorme en mi pecho, quería sentirme fuerte por ella y por mí, me levanto de la cama y me dirijo al baño, ahí lavo mi cara y mis dientes, cuando término me dirijo a ver a mamá, al entrar a su cuarto aún está dormida y Martha se encuentra sentada cerca de la cama leyendo un libro, ella me ve, cierra su libro y sale conmigo de la habitación.

–Tu madre me contó lo que les dijo el doctor. –Asiento con la cabeza y siento como mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo.

–Es muy fuerte todo esto, Martha, quisiera que todo fuera un mal sueño. – Ella me abraza y me acaricia el cabello, me separo de ella para poder sentarnos en el sofá.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora