El Arte De Amarte

36.

El tiempo que pasé en la casa de los padres de Jared, hizo que conociera un nueva parte de él que no sabía que tenía. Jared con sus padres es otra persona, respeta tanto a sus papás que en parte causa admiración, se ve tan agradecido por lo que formaron en él. Cuando a llegué a mi casa Nahomi estaba viendo una película con un tazón de palomitas en medio de las piernas, me senté a su lado mirando a la tv.

–¿Cómo estuvo todo?– Su voz capta mi atención y la miro.

–Mejor de lo que pensé, la madre de él es un amor.

–Me alegra, cuéntame todo.

Nahomi se mete un puñado de palomitas y le empiezo a contar todo.

–Y Eva me dijo que Jared le contaba todo y que ella ve que su hijo está totalmente arrepentido.

–Yo creo que los hombres tienen en la cabeza un maní y por eso aveces son idiotas.

Me río un poco y asiento.

–Pienso lo mismo, pero está bien que sufra un poco, ¿No crees?

Mi mejor sonríe tan grande que asusta.

–¡Por supuesto que sí! Que vea lo que se pierde por pendejo.

Las dos reímos al tiempo y Naho me mira seria.

–¿Qué pasa?

–Hablando de eso, esta noche deberíamos ir y divertirnos, ya que ninguna trabaja de noche, podemos hacerlo sin ninguna interrupción.

–¿A cuál de los dos deberíamos ir?

Mi mejor amiga se queda pensando y luego sonríe.

–Antes de que llegaras hablé con Samuel, al parecer esta noche estará en el bar donde antes trabajábamos, así que podemos ir al karaoke.

–¿No te lo quieres cruzar o qué?

–Lo que quiero es que nos divirtamos, una noche de chicas.

Chocamos los cinco y nos levantamos para ir a alistarnos, entro a mi cuarto y me desnudo para poder darme un baño. Cuando termino enrollo la toalla en mi pelo y salgo desnuda a buscar ropa interior, saco unos jeans junto con las botas largas, una blusa escotada y una chaqueta de cuero. Cuando termino de vestirme me maquillo un poco, seco mi cabello y lo amarro en una cola con algunos mechones sueltos. Salgo en busca de mi mejor amiga y cuando entro a su cuarto después de golpear, ella silva cuando me ve.

–¡Pero que guapa! Si fuera lesbiana andaría contigo.

Suelto una carcajada y me siento a esperarla, aún le falta maquillarse.

–Y tú, te ves más que perfecta. Vas a dejar babeando a quien te mire.

–Lo sé nena.

–Que ego, Naho.

Saco mi celular y veo un mensaje de Martha, desde que le envié unos papeles que necesitaba no había vuelto a hablar con ella.

–Tengo hambre, Meli.

–Pero si te comiste todo un tazón de palomitas.

Agarro el tazón que está a mi lado y se le enseño.

–Pero tengo hambre.

La pelirroja me mira por el espejo y suspiro.

–¿Qué quieres que te cocine?– Le pregunto levantandome de la cama.

–Uno hot dog.

–En seguida.

Salgo de su cuarto poniendo mi celular en el bolsillo trasero, entro a la cocina y pongo fritar tres salchichas, saco el pan junto con otros ingredientes y espero a que estas estén listas. Las saco cuando están doraditas y las pongo en medio del pan echándole salsa y papitas teniendo todo listo, sirvo todo en la mesa y cuando estoy por salir a buscarla, Nahomi entra sentándose.