7.

2.3K 129 12
                                    

               Jared.

–Esta vez nadie me interrumpirá.

Terminé con la poca distancia que había entre los dos y la besé. No me respondió el beso y me separé para poder observarla, cuando lo hice ella me regaló una sonrisa tímida, tomó mi rostro y ahora ella me besó. Cuando nos faltó el aire nos separamos, tomé su rostro con mis manos y le di un beso en su frente, ella me abrazó, después del entierro de su mamá nos volvimos más cercanos, cada momento que pasábamos en su casa con Samuel y Nahomi, hizo que me empezara a gustar, su risa me encantaba, me gustaba como caminaba, me gustaba la cara que ponía al prestar atención a lo que los demás decían, se mostraba verdaderamente atenta, me gustaba su aroma a vainilla, me gustaba todo de ella, me arme de valor, me acerqué a su oído y le susurré esas palabras que tanto ansiaba decirle.

–Me gustas, Meli. – Ella se separó de mí y me miró seria por un momento, creí que me iba a rechazar cuando soltó una risita tímida.

–También me gustas– No pude evitar sonreír al escucharla, la abracé y ella me besó, cuando nos separamos puso sus manos en mi pecho, tomó aire y me miró.

–Creí que estaba loco por sentir esto en tan poco tiempo– Me reí al tiempo que negaba con mi cabeza, ella me miró de una manera tan dulce, que me volvió loco.

–Igual yo, creí que tus mensajes y el desayuno del otro día, sólo eran porque querías ser un buen amigo.

–Sí, pero también quería ser más que tu amigo, bueno, quiero ser más que tu amigo.

Melanie se tapó su rostro con sus manos y yo la abracé. Retire sus manos de su cara y la llevé hasta el patio de la casa, al salir la solté de la mano, caminé hasta la piscina, me senté en la orilla y metí mis pies en ella, palmee el lugar al lado mío invitándola a sentirse ahí, mientras se acercaba me permití detallarla más, su pelo de color negro le llegaba más abajo de sus hombros, sus piernas largas eran perfectas, llevaba puesta una camiseta gris mía y se le veía hermosa, sus ojos cafés siempre traían un brillo especial, sus labios rosados, daban ganas de pecar solo por probarlos. Cuando se sentó a mi lado también metió sus pies en la piscina.

–Este lugar esta bonito, Jared.

–Gracias. ¿Cómo te sientes?

–¿Respecto a qué? – Giró su rostro hacia mí y frunció un poco el ceño.

–El tema de tu mamá, lo que pasó hace unas horas – Melanie bajó un poco la mirada, cuando volvió a mirarme mostró una sonrisa triste. – Lo de mamá aún duele, pero es más llevadero, me hace falta y sé que a ella no le gustaría verme derrotada, así que soy fuerte por su memoria y con lo que pasó hace horas, estoy bien, gracias a ti no pasó a mayores.

Me dio un beso en el cachete y puso su cabeza en mi hombro. Duramos sentados por una hora más, hasta que ella dijo que se sentía cansada, la acompañé a su habitación y yo me dirigí a la mía, estaba feliz, tenerla a un cuarto de distancia me hacía feliz de cierta manera y ahora que sabía que me gustaba, trataría de hacerla feliz.

***

Cuando desperté, miré la hora, ya eran las diez de la mañana, me levanté de la cama y me dirigí al baño, ahí me cepillé los dientes, hice mis necesidades y me bañé, al salir me cambié y fui directo al cuarto donde durmió Meli, toqué la puerta varias veces y como no respondió abrí la puerta y entré, no se encontraba en la habitación, salí y me dirigí a las escaleras.

Cuando las terminé de bajar, escuché risas en la cocina, me dirigí al lugar y al entrar me encontré con Melanie junto con Lidia haciendo el desayuno, Mel tenía puesto que el jean de ayer y aún traía camisa que le presté para que pudiera dormir, solo que la tenía dentro del pantalón.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora