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Han pasado dos meses.

Dos meses en los que mi vida a ido bien, mi amistad con mi mejor amiga esta mejor que nunca, las cosas de la casa la hemos comprado poco a poco ayudándonos y hemos logrado amueblarla como queremos. Martha se fue hace un mes y medio a casa de su hija para acompañarla en el embarazo. Mi amistad con Samuel cada día se fortalece más, es un chico genial y lo mejor de todo, es que es un buen amigo que siempre esta en los peores momentos.

Con Jared las cosas no han ido muy bien, hemos tenido nuestros altos y bajos, pero más que todo bajos gracias a que Yuri quiere lograr algo con él. Al igual que a mi, Naho y Samuel nos cae muy mal, al principio pensabamos que era tímida y tierna, pero poco a poco fuimos conociéndola y equivocandonos, cada vez que puede busca a Jared y se le insinúa sin importarle que yo esté ahí presente.

–¿Quieres ir con nosotros a comer algo, Meli?– Naho me pregunta al tiempo que toma la mano de Samuel.

Es la hora del almuerzo y solo quedamos los tres en nuestra oficina. Hace un mes nos dieron una oficina para las dos ya que siempre trabajamos juntas sin importar que los trabajos sean individuales.

–No tengo hambre, vayan ustedes.

Mi mejor amiga suspira y le doy una sonrisa de boca cerrada.

–Por lo menos ordena algo para comer, Melanie.– Samuel me mira serio y me apunta con un dedo.

–Vayan, celebren su día.

Muevo mis manos echandolos y ellos me dan una última mirada antes de salir. Suelto un suspiro y me recuesto en la silla, no quería ser el mal tercio, hoy están cumpliendo cuatro meses y lo que menos quiero es estar de más, ver a mi mejor amiga feliz con Samuel, también me hace feliz, quiero lo mejor para ella y sé que merece cosas buenas. Pensar en ellos dos, me recuerda a Jared, dentro de una semana y media cumpliremos tres meses.

Un toque en la puerta hace que arrugue mis cejas, a esta hora todos están afuera, me levanto de la silla y acomodo mis ropa, el otoño ya llegó y con eso el frío a esta ciudad. Me dirijo a la puerta, cuando abro me encuentro con Jared, él me sonríe mosntrandome su linda dentadura, su cabello esta desornedo, lleva puesta una camisa negra con los tres primeros botones sueltos, unos jeans azules y tenis negros, una de sus manos esta detrás de su elpalda y la otra en uno de sus bolsillos.

–Hola, linda.–Me aparto de la puerta y vuelvo a mi asiento, Jared entra y cierra la puerta sin quitarme la mirada de encima, se acerca a la mesa y me tiende un rosa roja.– Es para ti.

El corazón me brinca de felicidad al ver la rosa, pero me quedo seria cuando la agarro. Esta mañana que fui a su oficina cuando las puertas de abrieron los vi charlar muy feliz con Yuri, los celos me invadieron, volví a oprimir el botón para que las puertas se cerraran y antes de que pasara eso, Jared miro hacia donde yo estaba y se aparto de Yuri para alcanzarme pero las puertas se cerraron.

–Gracias.

La pongo en la mesa y él se sienta al otro lado de la mesa. Lo miro seria alzando una ceja para que hable.

–Te estaba esperando abajo pero Naho me dijo que no querías salir.

–Hace frío afuera.

–¿Y tú comida?– La mirada de Jared es tan penetrante, siento que flaquea mi seriedad.

–No tengo hambre. ¿A qué viniste? ¿Yuri por fin te dejó en paz?

Jared suelta un suspiro y pone sus manos sobre la mesa.

–Ella fue a traerme unos papeles que necesitaba.

–Que bien.

Solo digo eso y miro la rosa que esta encima de la mesa, es linda pero no hace que se me quiten los celos.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora