Tres semanas han pasado y ya nos encontrábamos viviendo con Martha. Mi mamá se encontraba más tranquila al tener de compañía a su amiga. Me da mucha tristeza que a pesar de verla tranquila, también se le veía muy cansada, la mayoría del día dormía ya que llegaba cansada de la quimioterapia.
Hoy era viernes y me encontraba llegando a casa, al entrar fui directamente a mi cuarto a dejar mis cosas de la universidad, fui al cuarto de mamá para poder saludarla, al acercarme a su puerta me fijé en que estaba medio cerrada y se escuchaban las voces de ella y Martha.
-Aún no le he dicho la verdad del porque vendí la casa. - Sabía que estaban hablando de mí, pero no sabía a cuál verdad se referían.
-Debiste decirle, ella se preocupa por ti, Bianca. - Fue lo último que dijo Martha, antes de quedarse callada al verme entrar al cuarto.
- ¿De qué verdad hablan, mamá? - Le pregunté al mismo tiempo en el que me sentaba al lado de ella en la cama, Martha se encontraba sentada en una silla cerca de nosotras.
-Vendí la casa porque no podía seguir pagando la hipoteca. –fruncí el ceño al oír lo que decía.
-No sabía que habías hipotecado la casa, ma.- Se me hizo muy extraño que no me haya enterado de esto.
-Lo hice para poder pagar el velorio y el entierro de tu padre, también había pagar tus estudios hija, por eso te insistí en que lucharas por conseguir esa beca para tu carrera. -Volteé a mirar a Martha y ella me asintió con la cabeza, volví a dirigir mi mirada hacía el rostro de mamá y la cogí de las manos.
-Me tenías que haber contado mamá, yo hubiera conseguido trabajo y ayudarte a pagarla, no me ocultes las cosas. - Del rostro de mi mamá le salió una lágrima y se la limpié con el pulgar de mi mano, no era justo que mi mamá sufriera por estas cosas desde que papá murió en un accidente de auto.
-Ya tienes mucho con tu universidad y conmigo siendo una carga al estar enferma y débil. -Me dolía mucho escuchar a mamá hablar así.
-Mamá-Dije mientras me limpia las lágrimas que salían sin permiso- Tú nunca serás una carga para mí, yo siempre cuidaré de ti, como tú lo haces por mí, eres mi vida entera, no digas cosas así, por favor.
Mi mamá acuno mi rostro con sus manos y me miraba de una forma tierna, como siempre lo hacía al hablar conmigo.
-Voy a conseguir trabajo, mamá- Ella iba a negarse, pero me adelanté a hablar. - Voy a trabajar y así podré ayudarme con la compra de mis libros, tus medicinas y ayudar con cosas de la casa.
-Está bien, hija, si es lo que quieres, pero por favor, no descuides tus estudios.
-No lo haré mamá, te lo prometo. -Cuando iba a dirigirme a Martha, ella me calló levantando un dedo.
-No es necesario que ayudes con cosas de la casa, estamos bien.
-Ya lo dije, Martha, no me sentiré bien si no aporto nada.
Después de varios minutos hablando, conseguí convencer a Martha de que me dejara ayudar con cosas de la casa. Después de hablar mamá decidió dormir un poco y con Martha nos dirigimos a la cocina para poder hacer almuerzo.
Cuando estuvo todo listo fui a llamar a mamá para que fuera a almorzar con nosotras, la ayudé a levantarse y fuimos hacía el comedor. Cuando íbamos a empezar a comer sonó el timbre, Martha iba a abrir, pero me adelanté yo.
Al abrir la puerta me encontré con Nahomi, me hice a un lado para que pudiera pasar y entró saludando a todos. Mamá sonrió al verla, cuando le presente a Nahomi le cogió un gran cariño y la considera una hija más.

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El Arte De Amarte
عاطفيةMelanie tenía una vida tranquila junto a su mamá, hasta que un día reciben una noticia inesperada. Prohibida la copia o adaptación de esta historia. Portada hecha por: @elisa_miranda_