El Arte De Amarte

44.

Eva quien me miraba preocupada cubrió su boca con las manos y negó.

–¿Qué le pasó a mi hijo?–Patrick se acerca a mi, pero yo solo me le quedó viendo.– Melanie.–Él alza su voz y parpadeo un par de veces.

–Me llamaron del hospital, sufrieron un accidente.

Y entonces es ahí cuando reacciono, me levanto rápido del sofá para salir, pero la voz de Patrick me frena.

–¡Espera! Ve por tu abrigo, te esperemos en el auto.

Salgo disparada al cuarto de Jared, cojo mi abrigo y me lo pongo mientras bajo de las escaleras, salgo de la cada cerrando la puerta y camino rápido hasta el auto de Patrick, me subo de copiloto y él arranca cuando estamos listos, le doy la dirección y miro a los asientos de atrás, Eva tiene los ojos cerrados, Eli se encuentra dormida en sus piernas.

–Él estará bien.–Hablo y ella abre los ojos.

–Lo sé, Jared es fuerte.

Vuelvo a mirar hacia adelante rogando que él en verdad este bien, al igual que su amigo. En el trayecto Eva llama alguien y le cuenta lo sucedido y le pide que porfavor cuiden a Eli mientras vamos al hospital, Patrick pasa por la casa de una amiga de Eva, dejan a Eli ahí y vamos al hospital. Cuando llegamos soy la primera en bajarme, corro hasta la entrada pero decido ir caminando rápido, no quiero resbalar y terminar también en urgencias. Me acerco a la enferma que esta tecleando algo en la computadora.

–Hola, hace un rato entraron a un paciente, se llama Jared.

La enfermera me mira un segundo y vuelve a teclear, los padres de Jared llegan a mi lado.

–El paciente está en cirugía.

–¿Qué le pasó?–Pregunta Eva agarrándose del brazo de su esposo.

–¡Melanie!–Giro mi rostro y veo a Luis acercarse, camino a él y cuando lo tengo enfrente hablo.

–¿Qué sucedió?–Luis mira los padres de Jared y asiento.–Son sus padres.

–Esta bien, ellos venían manejando entrando a la ciudad hasta que un auto que venía del sendero contrario los chocó haciendo que resbalaran hasta chocar con un muro, un vidrio cayó en su pierna cortándole una arteria, apenas llegó ingresó a cirugía.

–¿Y su acompañante?–La voz de Eva suena lejos para mí.

–Él está bien, tiene algunas heridas, se fracturó la clavícula pero de resto está bien.

–¿Mi hijo perdió mucha sangre, doctor?–Patrick habla esta vez.

–Lamentablemente sí, cuando la ambulancia llegó el paciente estaba inconciente, le tuvimos que suministrar sangre.

Alterno mi mirada en ellos, miro a Luis quien sigue moviendo su boca pero ya no escucho. Una imágen de Jared inconciente, perdiendo sangre hace que mi pecho duela, doy un paso sintiendo mi mundo dar vueltas y antes de que pueda decir algo caigo al piso y todo se vuelve negro.

Cuando despierto siento mi cabeza doler, miro a mi alrededor encontrándome con Eva.

–Eva.–Mi voz suena rasposa, trago saliva y la nombrada me mira.

Ella se levanta y me sirve agua, tomo un gran sorbo sintiendo mejor mi garganta.

–¿Cómo te sientes?–Eva me quita el vaso de la mano y pone en la mesa.

–Bien, ¿Ya saben algo de Jared?

Ella asiente y respiro profundo sonriendo.

–Gracias a Dios esta bien, Patrick está en su habitación. Jared está dormido, pero bien.