30.

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Me levanto con unas inmensas ganas de vomitar. Me levanto tan rápido como puedo y corro hasta el baño, levanto la taza dejando que todo salga. Cuando termino me enjuago la boca, me mojo la cara y cuando me miro al espejo me asusto al ver el reflejo de Jared.

–¿Estás bien?–Él se acerca a mi y me gira para mirarme.

–Sí, creo que algo me cayó mal.

Él coge una toalla y me seca el rostro.

–Volvamos a la cama.

Aún no había amanecido y me sentía fatal. Mi estómago todavía lo sentía revuelto, no sé que me caería mal, quizás fue por tanta grasa. Me acuesto junto a Jared y él me pega a su pecho abrazandome. Me vuelvo a dormir tan rápido que no se cuanto tiempo pasó cuando ya me encontraba de nuevo con mi cara cerca de la taza del baño. Sentía que mi ya no había nada más para botar pero aquí seguía. Las manos de Jared recogieron mi cabello para evitar que se ensuciara.

Cuando no pude más apoye mi cabeza en mis rodillas, mi respiración estaba tan agitaba, cuando me sentí mejor, Jared me ayudó a levantarme y me volví a lavar la boca. Me senté sobre la cama y el chico que acelera mi corazón se arrodilló quedando entre mis piernas.

–Estas pálida, Meli.

Él toma mi rostro entre sus manos y con sus pulgares me acariciaron. Le di una sonrisa de boca de cerrada y pongo mis manos encima de las suyas.

–Ya me siento un poco mejor, ven.

Quito sus manos de mi rostro y me vuelvo a acostar, él se acuesta a mi lado y recuesto mi cabeza en su pecho.

***

–Meli.

Me remuevo un poco cuando me zarandean por los hombros.

–¿Mm?

–Te traje el desayuno.

La voz de me mejor amiga hace que abra los ojos. Nahomi esta sentada cerca de mi, se levanta, coge un plato dea mesita de noche y me lo tiende.

–Gracias.

Cojo el plato, veo huevo y pan. Huele bien, mi estomago esta un poco mejor así que pruebo un bocado.

–¿Y Jared?

–Salió a correr con Samuel, él me dijo que vomitaste casi toda la madrugada así que viene a traerte el desayuno.

–¿Qué hora es?–Pregunto y vuelvo a comer.

–Las nueve y media.

Termino de comer y apenas pongo el plato a un lado de la cama mi estómago vuelve a revolverse y corro al baño a vomitar mi desayuno. Cuando termino me cepillo los dientes y salgo, mi mejor amiga me mira preocupada desde la cama.

–Creo que cocinaste con mucho aceite.

–Lo siento, debí saber que tu estómago estaba delicado.

–No te preocupes, Naho.

Ella se levanta, recoge el plato y me mira antes de salir.

–Quizás un baño te hará bien.

–Gracias por el desayuno.

Mi mejor amiga me sonríe y sale del cuatro. Cierro la puerta y entro al baño, me desnudo y entro a la ducha. Dejo que el agua caiga por todo mi cuerpo. Todavía sentía las nauseas, me termino de bañar y salgo envuelta en una toalla. Abro el armario y saco ropa, me pongo la ropa interior y me visto con lo demás, cuando termino la puerta del cuarto se abre y un Jared con solo unos shorts deportivos entra sudado, sus ojos examinan mi rostro. Él se acerca a mi y acuna mi cara entre sus manos.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora