14.

1.6K 101 2
                                    

Anoche cuando Jared me trajo a casa, fui directamente a mi habitación, él me acompañó en todo momento y a la hora de la cena pedimos un domicilio. Jared llamó a Samuel para decirle que había visitado a mis padres y había quedado mal, él decidió darme la noche libre y agradecí por ese favor.

Me encontraba en casa de Nahomi, estamos esperando el correo que nos diría a que empresa le trabajaríamos. Esta mañana temprano un correo nos llegó avisándonos que en la tarde nos estaría llegando otro y aquí estábamos, sentadas en la sala con nuestras computadoras encima de nuestras piernas, con mi mejor amiga actualizabamos varias veces el correo esperando que llegue.  Estábamos muy ansiosas por leerlo.

–Voy a enloquecer si no llega ese correo pronto– Nahomi se levanta del sofá dejando aún lado su laptop y empieza a caminar de un lado a otro en la sala, yo solo la observó divertida, de las dos, ella es la más ansiosa por saber.– Iré por comida, así me distraigo.

Nahomi sale de la sala y yo me quedo sola, vuelvo a cargar la página y aún no sale nada. Siento mi celular vibrar y lo reviso. Es Jared.

Jared: Hola, bonita. ¿Ya te llegó el correo?

Sonrío al leer su saludo.

Yo: Aún no, seguimos esperando. Nahomi esta por volverse loca.

Jared: Me imagino, jaja, tú no vayas a enloquecer.

Suelto una risita y le contesto.

Yo: Sólo estoy ansiosa. Muero por saber.

Envío el mensaje y en ese momento entra Naho con una bolsa de papas.

–Oye Meli, no te distraigas, sigue actualizando ese aparato.– La miro y veo como se mete un puñado de papas a la boca.

–Siéntate.– Ella me obedece, cuando se sienta deja la bolsa de papas en medio de nosotras y vuelve a coger su laptop. 

Volvimos a cargar la página dos veces más, hasta que nos llega el tan esperado correo.

–No puede ser– Digo apenas leo el correo que me llegó. Giro mi rostro para poder ver a Nahomi quien se inclina para poder leer la pantalla de la computadora.

–Oh, por Dios– Ambas nos miramos formando una O con nuestros labios.

***

Ya era más de media noche y me encontraba repartiendo tragos. Después de recibir los correos con Nahomi celebramos viendo películas en resto de la tarde y a la hora de la cena fuimos a un restaurante mexicano y celebramos con tacos. Jared aún no sabía nada. Habíamos quedado que le diría esta noche al cerrar ya que él vendría por mi.

–¿O sea qué a mi tampoco me van a contar hasta qué salgamos?– Samuel hace un puchero mirándonos por turnos a Nahomi y a mí.

–No, te lo diremos junto a Jared, se paciente– Nahomi le da un beso y yo me retiro a llevar una ronda de cervezas.

Cuando leímos los correos, decía que mañana teníamos que presentarnos temprano a las empresas de arquitectura correspondientes. Me ponía feliz saber que ya empezaría a trabajar en lo que me gusta. 

Cuando entregué la ronda de cervezas me gire para ir hacía la barra cuando siento un empujón que me hace caer. Unas manos me ayudan a levantarme, cuando me incorporo, me encuentro con un joven alto, musculoso, de pelo rubio y ojos grises.

–¿Estás bien?– El joven se agacha, recoge la bandeja en la que llevaba las cerveza y me la tiende.

–Sí, gracias.– Le sonrio por cortesía y él me tiende su mano.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora