El Arte De Amarte

38.

–Camina, Jared.

Tiro de la mano del chico a mi lado pero este se niega en mover un pie, habíamos acordado en qué se disculparía con Luis por haberlo golpeado.

–No tengo que disculparme con nadie.

Suelto su mano y las cruzo sobre mi pecho. Miro los ojos de Jared y puedo ver diversión en ellos, me quito el cabello de la cara y lo señalo.

–Si no te disculpas no te voy a volver hablar, pero yo sí iré a disculparme.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar hasta que su mano en mi brazo me hacen detenerme.

–¡Esta bien! Tú ganas, solo porque no soportaría volver a estar lejos de ti.

Una sonrisa se instala en mi rostro pero la borro rápido, señalo la casa de de mi amigo y Jared suspira antes de ponerse en marcha, camino rápido para ir a su lado, él trata de cogerme la mano pero vuelvo a cruzar los brazos para que se tome esto en serio. Luis es mi amigo y no me gustó para nada que lo hubiera golpeado, cuando llegamos a su puerta toqué un par de veces.

–No está, vámonos.

Jared iba a dar la vuelta cuando la puerta se abre y un Luis medio dormido aparece en la puerta, su pelo negro está más desordenado de lo normal, su cuerpo torso delgado está desnudo y un short deportivo es lo único que lleva puesto. Sus ojos pasan primero por Jared y después a mi.

–Hola, Luis.

El chico se rasca los ojos y cuando me vuelve a mirar me sonríe de boca cerrada.

–¿Todo bien, Melanie?– El que me nombrara así hizo que hiciera una mueca.

Miro a Jared quien no despega la mirada de Luis y disimuladamente golpeo su brazo con mi codo. Él me mira por un segundo y asiente.

–Luis.–Jared habla y el nombrado lo mira.– Vine a ofrecerte una disculpa.– El pelinegro alza una ceja y después me mira a mi.

–Yo también quiero disculparme, no debí dejarte solo.

Luis asiente, me paso un mechón detrás de la oreja ya que el viento hace que se me desordene, miro a Luis quien solo lo cubre un short, ¿No tendrá frío?

–Acepto sus disculpas, pero más las tuyas, Meli. No puedo estar enojado contigo.

Sonrío feliz y Jared bufa.

–Gracias, por cierto. ¿No tienes frío?

El chico mira su cuerpo y asiente.

–La verdad sí.– Suelto una risita.

–Entonces te dejamos para que puedas seguir durmiendo, adiós.

Jared tira de mi brazo y giro mi cabeza para poder despedirme, Luis mueve su mano hacia mí y cierra la puerta. Cuando entramos a mi casa agradezco que este lugar este caliente gracias a la calefacción, Nahomi está sentada en la mitad de la sala llorando viendo Yo antes de ti, la hemos visto miles de veces y aún siempre llora con el final.

–No llores.– Le digo al sentarme en el sofá, Jared no sé que hizo.

–¡Él no merecía morir! Will debió quedarse con Louisa.

Me acuesto en el sofá riéndome de mi mejor amiga, la primera vez que vi la película pensé lo mismo, pero él ya no quería vivir así.

–Siempre lloras cuando la ves.

–Tú lo dices porque no tienes sentimientos.– La pelirroja me mira y se rasca su nariz ya roja.

–Si tengo, pero sabes que nunca lloro por más triste que sea la película.