El Arte De Amarte

37.

Me levanto de mi asiento y me acerco a Luis quien cayó de su silla, levanté mi mano para tocar su rostro cuando unas manos en mi cintura me impiden hacerlo y en menos de nada estoy encima de un hombro de Jared.

–¡Bajame!

Golpeo sus espalda con mis puños pero ni se inmuta. Pierdo de vista a Luis y empiezo a sentirme mal por él, sé que no se merecía ese golpe y no puedo ayudarlo porque Jared no me deja. La gente no se da cuenta de que literalmente me están sacando en contra de mi voluntad, cuando salimos del lugar la piel se me vuelve de gallina al sentir el frío de la madrugada, me quedo quieta y mis labios empiezan a temblar.

–¡Qué me bajes, maldita sea! ¡No traigo abrigo!

En ese momento mi pies tocan tierra y empujo a Jared pero no logra dar ni un paso, lo miro furiosa a la cara y él luce tranquilo.

–Te voy a llevar a casa.

–No voy a ir a ningún lado contigo.– Muevo mis pies para volver al bar pero su mano me detiene.

–¿Quieres volver con tu nuevo novio?– Su voz sale llena de odio.

–No es mi novio y si lo fuera a ti no te importa, no estamos juntos.

–¡Porque tú no quieres, carajo!– Jared pasa sus manos por su cabello desordenandolo, suelta un suspiro y cierra los ojos.

En ese momento llega Samuel con mi chaqueta, se la quito mirándolo mal y me la pongo, el castaño se vuelve a ir y quedó sola con Jared.

–Si no me vas a dejar entrar, me voy, pero sola.

Me doy media vuelta y empiezo a caminar rápido.

–Melanie.

La voz de Jared hace que lo mire un segundo por encima de mi hombro, mala idea. Siento un tirón fuerte y después escucho un claxon cuando caigo de trasero encima de Jared.

–¡Mira antes de cruzar, idiota!

Los brazos de Jared me ayudan a levantarme y miro por dónde se fue el carro hace un segundo.

–¿Estás bien?

–Sí.– Acomodo mi ropa y vuelvo a caminar esta vez sin cruzar la calle.

Siento sus paso atrás de mi, pero no me giro.

–Melanie, hablemos.

–No tengo nada de que hablar contigo.

Me detengo de pronto al terminar la acera para evitar que me atropellen. El cuerpo de Jared choca contra mi espalda y siento sus manos pasar por mi cintura hasta mi abdomen, sus labios bajan hasta mi cuello y deja un beso ahí haciendo que mi corazón lata a mil.

–Dime que no extrañas mis besos, que no extrañas sentir nuestros cuerpos desnudos mientras nos abrazamos después de tener sexo.– Su aliento hace cosquillas en mi cuello, los besos aumentan dejándolos por mi cachete y cuello. La respiración se me corta al sentir su manos frías meterse por debajo de mi camisa.– Dime que no extrañas que te toque.

Sus manos acarician mis pechos por encima del brassier, una mano abandona mi pecho y con su dedo índice toca mi abdomen hasta tocar mi entre pierna por encima del jean, aparto su mano de mi cuerpo y me acomodo la camisa, me giro para poder verlo y cuando miro sus ojos los veo más oscuros de lo normal.

–Jared.– La voz me falta y tengo que pasar saliva al sentir la garganta seca.

Todo el alcohol que tenía en mi sistema se fue al sentir el susto del carro. Jared me mira con tanta intensidad que me siento pequeña a su lado y cuando siento sus labios contra los míos una calidez me atrapa, extrañaba poder besarlo y sentir que nuestros labios encajan a la perfección, extrañaba sentir mi pecho pegado al de él y su agarre en mi cintura. Cuando sus labios dejan los míos siento una especie de vacío, Jared acuna mi rostro con sus manos y besa mi frente.