21.

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Después de almorzar volvimos a la piscina a terminar de pasar el rato. Jared sacó un parlante mediano y puso música, bailamos alredor de la piscina, reímos, saltamos, la estábamos pasando muy bien.

–Ya me voy, chicos. Por favor no vayan a mojar la casa.

Lidia nos regaló una tierna sonrisa mientras nos miraba.

–No te preocupes, ve con cuidado.

Jared se levantó de mi lado y la abrazó.

–Adiós.

Respondimos al tiempo Samuel, Nahomi y yo. Lidia volvió a entrar a la casa para irse. Jarre regreso a mi lado sentadonse en la silla playera conmigo.

–Oigan, chicos.

Todos volteamos a ver a Samuel y él se quitó las gafas de sol.

–¿Qué pasa?– Pregunté.

–Estaba pesando, así como cuando las personas piensan– Samuel se rió de su propio chiste y todos los miramos serios– Ok, aburridos. Estaba pesando en hacer una pijamada.

–¡Sí, genial!– Nahomi aplaudió ante la idea de nuestro amigo.

–Puede ser aquí– Jared habló y señaló al peli castaño– No quiero que hagas de tus desorden o yo mismo te pongo a barrer.

Samuel le hizo un saludo militar y asintió.

–Perfecto, iremos por nuestras cosas.

Nahomi se levantó de la silla y se empezó a vestir, Samuel la siguió y cuando estuvieron listo fueron a sus casas por sus cosas.

–¿Quieres aprovechar e ir por tus cosas para el tiempo que estarás aquí, linda?

–Sí. Deja me cambio.

Me levanté de la silla y cogí la cosas que había bajado. Agarré la toalla, el bronceador y el short, no estábamos mojados así que pudimos entrar sin ensuciar en el camino. Iba a entrar a la casa cuando siento una nalgada, me giro para mirar a Jared quien me guiña un ojo y pasa por mi lado. Ambos subimos las escaleras para ir a su habitación, cuando entramos acomodé las cosas en el baño. Estaba cerrando la puerta cuando la mano de Jared me impide terminar mi tarea.

–¿Y si ahorramos agua?

–Claro, me traes eso que esta en la cama.

Le dije señalando la cama, él se volteo y cuando se separó de la puerta la cerré con cuidado echándole seguro.

–No hay... ¡Melanie!– Jared golpeó la puerta y me reí a carcajadas– ¡No se vale!

–¡No seas llorón!

Seguí burlandome de él, me quité el bikini y entré a la ducha, dejé que el agua cayera por todo lo cuerpo, me aplique shampoo en el cabello y jabón en mi cuerpo. Cuando termine de retirar todo de mi cuerpo, duré unos segundos más bajo el agua.

Cuando salí del baño, Jared entró al cuarto con una toalla alrededor de su cadera, gotas de agua caían de su cuerpo y de su cabello, se veía tan guapo así que no pude evitar morderme el labio. Jared sonrió de medio lado y se acercó al armario, lo abrió y sacó unos boxers del cajón, lo seguí en cada movimiento que hacía, me miró por encima de su hombro y su sonrisa se agrandó, se retiró la toalla de sus caderas y la dejó caer a sus pies, su trasero redondo quedó a la vista, me quedé sin aire al mirar su cuerpo desnudo, se volteó de medio lado, ahora podía ver todo de él, se puso los boxers y terminó de girarse hacía mi.

–¿Disfrutando la vista?

Jared besó mis labios y sonreí como boba. Me había quedado congelada mirando su cuerpo, pase mis manos por su abdomen y su pecho hasta llegar a su cuello, lo miré a los ojos y me acerqué para besarlo. El beso era lento, sin prisa, Jared pasó sus manos por mi cintura y me pegó más a él. Cuando el aire nos hizo falta nos separamos. Besé la punta de su nariz y él soltó un suspiro.

El Arte De AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora