Capítulo 01 - Claridad Parte II

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 No era para nada la entrada a un pueblo, más bien, uno de sus laterales

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No era para nada la entrada a un pueblo, más bien, uno de sus laterales. La entrada principal estaba cerca, y ese matorral era el acceso que You YuMo usaba cuando visitaba Jicheng. Para él, era necesario entrar por esa zona poco vistosa, con la única razón de que no era bienvenido allí.

El pueblo estaba muy tranquilo, nada fuera de lo normal. Hombres compraban herramientas para el trabajo o llevaban carros de madera con alimentos y objetos para comercializar, mujeres iban con sus hijos comprando verduras y artículos de belleza, por otro lado, los ancianos simplemente paseaban por la zona y charlaban; todo era como un pueblo corriente.

Gracias a eso, Wen ShanShui se veía muy confundido. Por lo asustado que se veía You YuMo, había pensado que sería un caos total, que se estarían alistando para perseguirlo por la montaña o algo así, y resultó ser todo lo contrario: no había ni una persona alterada. Se sentía el murmullo de un pueblo vivo y armonioso. Nadie hubiera imaginado que, hace menos de lo que tarda una hoja en caer, se había producido tanto alboroto ocasionado por un descarado rubio ladrón de duraznos viejos y casi desechados.

Continuó a un paso tranquilo, analizando su alrededor con una mano en su mentón. Por su mente pasaban varias hipótesis, mas aún no podía llegar a una respuesta de lo que sucedía allí. En ocasiones hacía breves paradas en establecimientos como armerías, tiendas de ropa, o incluso tiendas de plantas medicinales. En una de ellas, un vendedor comenzó a hablarle con mucho ánimo en su tono.

—Ah, joven cultivador, usted sí tiene buen ojo. Lo he visto mirar esto, ¿cierto? —Señaló con ambas manos—. Esta planta es especial para curar heridas profundas. A diferencia de otras, tiene un efecto relajante y adormecedor en la zona que es aplicada. Su aroma es refrescante y agradable, ¡efectos inmediatos y garantizados! Si lo deja en una superficie con poca agua, ayuda a la recuperación del resfriado, purifica el ambiente y en infusiones es una verdadera joya medicinal, ¿no es como una hierba del cielo? ¿Por qué no la prueba llevándose unas cuantas?

Wen ShanShui miró inexpresivo al vendedor, no planeaba llevarse nada desde un inicio, sin embargo, detrás de él vio dos cajones de duraznos. El que estaba más a la vista tenía unos que eran grandes, de color vivo y llamativo; el otro, casi fuera del alcance de la vista, tenía duraznos más marrones. Al instante, volvió a dirigir su mirada al vendedor.

—Llevaré cinco bolsas.

—¡Oh! Es usted un muy buen comprador, señor. No se arrepentirá, ¡créame! —exclamó dando aplausos—. Cinco bolsas para el joven cultivador. Son veinte monedas de cobre.

Wen ShanShui sacó el dinero correspondiente junto con algunas monedas de más, todas de plata.

—Quédese con el cambio.

El hombre dibujó una sonrisa y se inclinó reiteradas veces como agradecimiento, ¿qué clase de comprador era este? ¡Debía dejar una buena impresión!

Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora