Feng Baoshi y Yi Hen lideraron algunos grupos de búsqueda. Mientras, You YuMo y Chang Gao lideraron otros diferentes. Buscaban a Yue Jin, quien de repente había desaparecido sin dejar una sola señal. Como si de un momento a otro se hubiera evaporado, o se lo hubiera tragado la tierra.
El día anterior quemaron el cuerpo de Zhi Jian, después de eso, Yue Jin no se dejó ver. Tampoco habló con nadie, se había esfumado como el polvo. No sabían dónde podía estar, mas, aunque se hubiese tomado un tiempo para pensar a solas, ya había transcurrido demasiado como para dejarlo pasar.
En la noche anterior se desató una terrible tormenta, y en ese instante tampoco regresó, o al menos no fue distinguido por nadie. La tormenta, para este entonces, se había calmado un poco, solo quedaba un cielo gris y un suelo humedecido. Algunas hojas quedaron pegadas en él, emanando un suave olor agradable.
Los soldados y hermanos de Yue Jin, lo estuvieron buscando por mucho rato. Recorrieron toda la zona y las habitaciones.
—¿A dónde demonios fue? —gruñó Wen ShanShui.
—Ya aparecerá, confiemos en él. Sabe lo que hace, es un hombre firme —contestó Yi Hen, algo inquieto.
—Lo que tú digas.
—¡Yi Hen! ¡Wen ShanShui! —Feng Baoshi saludó desde lejos, como si hubiera encontrado algo, pero su expresión no tenía mucho ánimo.
Por ese llamado preocupado, ambos hermanos se le acercaron con velocidad.
—¿Qué es? ¿Qué encontraste? —preguntó el de ojos dorados.
—Aquí, esto es un sello, ¿cierto?
Feng Baoshi señalaba una zona de tierra, donde había sido dibujado un símbolo un tanto extraño. Yi Hen se dio cuenta, tapando su frente con una mano al entender lo que sucedía.
—Ya entiendo. Él colocó este sello aquí para que no lo siguiéramos.
—¿Qué es? —preguntó, analizando más de cerca el joven príncipe de Feng.
Yi Hen se agachó y tocó la tierra dibujada con sus dedos.
—Esto impide el paso a cualquier persona. No quería que nadie lo siguiera ni lo viera escapar, funciona como un espejismo. Ahora ya está inactivo, es bastante difícil hacerlo funcionar, sin embargo, debido a que fue Yue Jin quien lo hizo, no me sorprende tanto.
—¿Yue Jin no quiere ser perseguido ni buscado? —expresó Feng Baoshi, intercambiando miradas con Yi Hen.
Wen ShanShui ni siquiera habló, permaneció en silencio, y pasados varios segundos, chasqueó la lengua. Pensó en que no podrían hacer nada, si él no quería ser buscado, pese a que ellos insistieran, era probable que el hombre ya estuviera lejos, quién sabe en dónde. Lo único que quedaba era esperar.
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Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》
Fantasy❀DISPONIBLE EN AMAZON❀ You YuMo, un chico sin muchas preocupaciones y proveniente de una aldea remota, ve como su vida da un giro completo al cruzar su camino con Wen ShanShui, un maestro reconocido y respetado de la Academia del Palacio Tian. Desde...