Dentro de la vieja casa, de manera un tanto perezosa, Wen ShanShui abrió los ojos primero. Sintió el calor de las sábanas y un cuerpo aferrado a él, pero fue apenas cuando miró hacia abajo que recordó lo que había sucedido la noche anterior.
El largo y dorado cabello de un discípulo desprendía ese aroma dulce y fresco, era agradable como el de las flores mojadas con el rocío. El joven estaba por completo acurrucado en su pecho, como si ese fuera el lugar más seguro y cómodo del mundo. Yacía recostado sobre su brazo, respirando de forma casi imperceptible; parecía un sueño indestructible.
Con los ojos casi cerrados y sin pensar demasiado, besó la parte superior de la cabeza del muchacho. Lo hizo dos veces, el primer beso fue prolongado y tierno, mientras que el segundo fue más corto y delicado. Al percatarse de lo que había hecho, se incorporó de golpe, preocupado de lo que podría suceder en consecuencia.
Por fortuna, You YuMo era muy difícil de despertar, un par de simples besos no lo inmutaría en lo más mínimo. No obstante, aunque no despertó, lo apretujó con fuerza, gruñendo entre dientes; imitó lo que les hacía a sus pobres almohadas.
—No te vayas —balbuceó You YuMo.
El corazón de Wen ShanShui brincó un par de veces, ¿qué se supone que debía hacer ahora? Preocupado por no ser liberado, tiró en dirección contraria.
—You YuMo, necesito salir de la cama. Por favor, suelta mi cintura y espalda.
Al sentir cómo su cuerpo estaba apretujado por los brazos del joven dormido, recordó lo que solía suceder. «You YuMo aprieta con extrema fuerza su almohada cuando intento despertarlo».
Casi sin aire, se mantuvo sentado en la cama, no tenía oportunidad alguna de salir victorioso o intacto. Al final, decidió dejarlo un tiempo más y se volvió a acostar junto a él. No pasaría nada malo debido a que era día de descanso, por lo tanto, podía darse el lujo de dormir hasta tarde.
Pasado un corto rato, o quizás medio shichen, Wen ShanShui volvió a dormir, mas, al sentir que You YuMo se movía, no tardó en despertarse.
You YuMo se incorporó con lentitud y talló sus ojos. Se veía somnoliento, muy despeinado, lo que, por alguna razón, era agradable para el hombre a su lado. Miró a Wen ShanShui sentado allí, lo observaba con una calidez indescriptible, una calidez que jamás vio en nadie más. Se dio cuenta de que esa era la persona en la que más confiaba, la persona con la que podría contar siempre. Sintió una profunda felicidad al verlo, así que sonrió y, con tranquilidad, expresó:
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Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》
Fantasy❀DISPONIBLE EN AMAZON❀ You YuMo, un chico sin muchas preocupaciones y proveniente de una aldea remota, ve como su vida da un giro completo al cruzar su camino con Wen ShanShui, un maestro reconocido y respetado de la Academia del Palacio Tian. Desde...