Capítulo 24 - Tiān LiúYún.

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 Yi Hen elevó una de sus manos para señalar a su hermano y a You YuMo

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Yi Hen elevó una de sus manos para señalar a su hermano y a You YuMo.

—Los presento, rey Tian LiuYun. Él es Wen ShanShui, mi hermano menor; y este joven es You YuMo, uno de sus discípulos, ambos están especializados en las técnicas de la espada. Son buenos cultivadores y yo puedo asegurarlo, tengo plena confianza en ellos.

—¿Yi Hen está aquí? —Se escuchó una voz por detrás.

De la nada, y como si hubiera salido de abajo de la tierra, un joven como de la edad de los discípulos apareció, sonriente, por la puerta de madera de la habitación. Tenía un arco dorado colgando en su espalda y una lanza en sus manos. Los ojos color miel brillaban con orgullo, su cabello estaba atado con varios adornos de color rojo, era esbelto y alto, una belleza extraña de encontrar. Su cuerpo era fuerte, aunque no era demasiado musculoso, se notaba definido; demostraba a una persona entrenada y aplicada.

Tian LiuYun observó al muchacho de manera despectiva, y, a diferencia de lo que todos esperaban, no lo regañó con palabras fuertes.

—Deja de jugar por aquí, vete a practicar —ordenó el hombre.

—Eh... Tío, si Yi Hen está aquí, no puedo practicar del todo bien.

La sonrisa de Yi Hen se quebró por un segundo, haciendo tics con una ceja.

—Puedes seguir un momento sin mí. Ahora mismo estoy ocupado, Feng Baoshi.

En respuesta, Feng Baoshi chasqueó fuerte su lengua.

—Como digas. Te esperaré entrenando. No tardes —añadió él.

Yi Hen le asintió al muchacho de cabello largo castaño, al mismo tiempo que sacudía su mano como si echara a un perro.

Al retirarse el enfurruñado Feng Baoshi, Tian LiuYun volvió su mirada a Wen ShanShui y You YuMo, de la misma forma despectiva, aunque algo más conforme.

—Jiang Xin, si tú dices que ellos son confiables, creeré en tu palabra.

Wen ShanShui miró, sorprendido, a su hermano. ¿Por qué debían ser confiables o, de algún modo, recomendados por él?

—Se los diré sin rodeos. —Tian LiuYun los observó a todos—. Las cosas aquí no van nada bien.

Todos prestaban atención, ni un sonido se escuchaba, ni dentro ni fuera, daba la impresión de que hasta el viento y los árboles habían sentido la voz del rey. El hombre emitía una voz penetrante y severa que hacía que el aura se volviera fría.

—Mi reino ha estado en paz desde que mi padre me heredó estas tierras. Mi hermano mayor, Tian Huo, me ha proclamado la guerra a mí y a mis hermanos. —Frunció el ceño, pareciendo que perdería la cordura por cualquier palabra mal dicha—. Además, ese gran imbécil traicionó a nuestra hermana —agregó, apoyándose contra la pared y cruzando los brazos—. Les explicaré a todos la situación en la que nos encontramos. Mi hermano ha creado bestias, zajiao, y soldados muy bien adiestrados. Pese a que aún no hemos visto a las bestias que tiene en su poder, sabemos que ustedes sí. Además, tengo las pruebas suficientes como para creer en sus palabras.

Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora