La montaña estaba tranquila, aves y poco más se escuchaba a lo lejos. Wen ShanShui seguía subiendo en solitario, o eso le hubiera gustado creer. Si no fuera porque ese testarudo joven rubio lo seguía de cerca, pensaría que el camino era tranquilo y que no había que temer, sin embargo, ya podía adivinar que no iba a ser para nada así. You YuMo lo perseguía con profundo disimulo, de hecho, si no hubiera sido Wen ShanShui el objetivo, era probable que jamás lo hubieran descubierto. No era que You YuMo fuera malo en ocultarse, sino que la habilidad de aquel viajero hacía lucir a las pulidas habilidades de You YuMo como torpes y obvias.
Pasado el tiempo, la presencia del joven se volvió insufrible. Wen ShanShui había querido pensar en que se cansaría de perseguirlo tarde o temprano, cosa que no sucedía por más rápido que fuese. Resignado, rodó los ojos y bajó la velocidad.
—Tu nombre era... —murmuró en un suspiro—. You YuMo, ¿cierto? Escucha, ya hace un buen rato que noté que estás ahí, ¿no piensas que ya es suficiente?
En efecto, You YuMo salió desde atrás de un árbol, lentamente y cubierto con varias hojas que se habían adherido a su cabello.
—Eh... Yo puedo ayudarte. Además, si esa bestia que dices es tan peligrosa... ¿No crees que también es asunto mío? —Se acercó, sin miedo y con total confianza—. Mi aldea está ahí abajo y soy... casi el único que puede atravesar la barrera. Por lo tanto, soy el único en varios li que puede ayudarte.
Wen ShanShui se recargó en un tronco, su cabeza parecía doler. ¿No era más fácil bajar y hacer caso? ¿Por qué era tan difícil convencerlo?
—Esto no es un juego, ¿entiendes? Cuando digo que es muy peligroso es porque lo es. Mira. —Señaló hacia el cielo—. Está llegando la noche, las bestias atacan con más ferocidad en la oscuridad. Hazme el favor de volver a casa.
—¿Y esperar a que hagas todo el trabajo? Lo siento, no me iré. —Saltó y se trepó a un árbol—. No tienes derecho de decirme qué hacer.
Wen ShanShui lo miró con preocupación, pero no podía hacer nada con el muchacho. Además, era verdad, él no era nadie como para decirle qué hacer a un desconocido.
—Haz lo que quieras —concluyó.
Así, You YuMo continuó siguiendo a Wen ShanShui. Esta vez lo hacía conservando la distancia, casi como si nunca lo hubieran descubierto. Estaba muy atento a los movimientos del otro, pues podría escaparse en un abrir y cerrar de ojos si no era cuidadoso.
Transcurrido un buen rato, el sol bajó por completo. El bosque quedó cubierto por la oscuridad y el canto de las aves nocturnas. Apenas se introducía la luz de la luna por las hojas de los árboles, la energía de las bestias se iba haciendo más y más fuerte a medida que subían. ¿Por qué esa montaña estaba tan invadida de bestias? Cuanto más subía, más de ellas había, no obstante, ninguna se atrevía a acercarse. Era algo normal que aquellas se apropiaran de lugares abandonados, como montañas, pueblos abandonados o bosques, aun así, esto de aquí era a un nivel superior, nada similar a lo que Wen ShanShui estaba acostumbrado a ver.
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Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》
Fantasy❀DISPONIBLE EN AMAZON❀ You YuMo, un chico sin muchas preocupaciones y proveniente de una aldea remota, ve como su vida da un giro completo al cruzar su camino con Wen ShanShui, un maestro reconocido y respetado de la Academia del Palacio Tian. Desde...