Meses después...
El clima comenzaba a ser cálido, marcando el final de la peor temporada del año; consigo traía un nuevo aire agradable, al cual todavía le costaba derrotar a las frías mañanas y noches. Los climas fríos sobre la montaña, los furiosos vientos y las noches nevadas ya no se volverían a ver por un tiempo. Las ropas gruesas, los entrenamientos bajo la nieve y el montón abultado de edredones, iría quedando en el olvido poco a poco, al menos hasta el invierno siguiente. Esa mañana era calma, en el aire se sentía un dulce olor, aparte de aquel característico de la tierra mojada; era probable que hubiera llovido esa noche.
You YuMo frotó la cara en la almohada, negándose a despertar. Por alguna razón, y como era costumbre, se había quedado en casa de Wen ShanShui la noche anterior. Cuando eso ocurría, el discípulo dejaba al maestro dormir en el suelo, sobre varias sabanas, edredones y almohadas, claro, para que no lastimara su espalda. No era que lo dejara allí a propósito, siempre le ofrecía dormir juntos o cambiar los lugares; no había nada de malo con eso, al menos para You YuMo, pero Wen ShanShui solía negarse con la excusa de que no dormirían bien si estaban juntos en una cama tan pequeña, también decía que era mejor que él durmiera en el suelo, pues él era su discípulo y su deber era cuidarlo. A pesar de que el rubio insistía e insistía, Wen ShanShui se negaba.
Al final, habiendo pasado un largo rato, You YuMo abrió los ojos con la luz matutina. «Por fin... hoy es día libre», pensó, adormecido. Miró hacia el suelo, al costado de la cama. Acurrucado, y tapado hasta los hombros, estaba Wen ShanShui dormido. Tenía sus pestañas negras caídas, un rostro serio y hermoso, la tez de su piel brillaba con la luz que ingresaba, haciéndolo parecer un ser mágico y hermoso.
El joven de cabello dorado vislumbró esa escena por un momento, las comisuras de sus labios no pudieron evitar elevarse.
—Oh... Debo anotar la fecha del día de hoy —se burló You YuMo—. ¿Qué te parece, Wen ShanShui? Me he despertado más temprano que tú —dijo mientras tocaba la mejilla del durmiente maestro.
—Tú deberías de ir a tu habitación. ¿No sería bueno que siquiera lo intentaras? —gruñó Wen ShanShui, somnoliento.
—Olvídalo, ahí huele espantoso. Además... —Dudó por un instante e hizo pucheros—. Aún no me acostumbro a dormir solo en ese cuarto. —You YuMo se volteó, dándole la espalda.
Wen ShanShui suspiró con una risa dibujada, ya sabía cuál sería la respuesta. Tampoco había querido sonar serio.
—Sabes que no lo digo en serio. Está bien que vengas, no hay nada que lo prohíba. Puedes quedarte cuanto quieras. —Se levantó del suelo—. You YuMo, ¿puedo preguntarte algo?
Aquel se volvió a voltear, quedando otra vez frente a frente.
—¿Qué cosa? —preguntó, recargándose en la pared.
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Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》
Fantasy❀DISPONIBLE EN AMAZON❀ You YuMo, un chico sin muchas preocupaciones y proveniente de una aldea remota, ve como su vida da un giro completo al cruzar su camino con Wen ShanShui, un maestro reconocido y respetado de la Academia del Palacio Tian. Desde...