Capítulo 07 - Un grupo particular.

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 El gran salón empezó a llenarse de jóvenes de diversas edades

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El gran salón empezó a llenarse de jóvenes de diversas edades. Cada uno llevaba las ropas de la disciplina que había elegido. Caminaban derechos, con una mirada penetrante y decidida, al menos la mayoría, se podría decir. Como era natural, no faltaban los muchachos que caminaban encorvados, con pinta de matón y ropa desarreglada, o lo contrario, los discípulos tímidos que pasaban desapercibidos en las espaldas del resto.

Las prendas de cada disciplina tenían un color asignado. Desde la creación de la academia, esos colores poseían un significado específico. Ir a clases sin la ropa adecuada representaba una gran falta de respeto y una probable expulsión. El uniforme era un símbolo de lealtad, de respeto, daba a conocer que uno estaba entregado al reino por completo.

A los discípulos de arco se les había otorgado el color morado y naranja, simbolizando el éxito y el poder. A los discípulos de lanza se les asignó el color blanco y celeste, los cuales simbolizaban la bondad y constancia. Para los discípulos de magia, el color turquesa y rojo, representando la salud y la felicidad. Como último, a los discípulos de espadas, el color marrón y negro, simbolizando la prosperidad y elegancia.

Cuando por fin todos los muchachos entraron, el bullicio se acabó. Wei De se rascó el mentón a la vez que estiraba un rollo de seda con un largo escrito.

—Eh... Buenos días a todos. Les damos la bienvenida a la Academia del Palacio Tian, también conocida como Academia Celestial. Aquí aprenderán la destreza que han elegido para su futuro. Conocerán a personas de diferentes edades, respetarán a sus mayores, a sus iguales, tanto como a sus inferiores. Aprenderán a defender nuestro reino, lo conocerán desde dentro. Su historia, sus ciudades, pueblos y aldeas. Sabrán amar al reino en el que viven y, por supuesto, llegará el día en que lo defenderán con sus vidas con mucho orgullo. El camino quizás no sea el más fácil, sin embargo, les aseguro que ayudarnos los unos a los otros nos hace crecer en cuerpo y espíritu. Lograrán ser grandes cultivadores, preparados para lo que se propongan.

Los discípulos contestaron al mismo tiempo:

—¡Sí, maestro! ¡Gracias, maestro!

Posterior a eso y una breve charla por parte de Sheng ZhiGuang, cada maestro presentó su disciplina. A pesar de que algunas cosas ya estaban escritas en el rollo de seda que se les había entregado a la hora de inscribirse, explicaron cómo se darían las clases, el asunto de las habitaciones, las zonas de entrenamiento, la prohibición de ingresar en el bosque, la importancia de seguir las normas y a quién acudir en caso de emergencia.

Cuando terminaron las presentaciones formales, se les fue ordenado a todos que se dirigieran al patio central para reunirse con sus respectivos grupos y, en consecuencia, con su maestro.

«Este año se nos fueron de las manos», pensó Wen ShanShui, mirando hacia el montón de muchachos que se le acercaban. Aplaudió sus manos unas pocas veces, atrayendo la atención para, acto seguido, ser rodeado por sus discípulos.

Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora