Capitulo 09 - Sótano.

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 Cuando Wu ShuangJue y Chang Gao saltaron, Lang WuJi se posicionó con rapidez detrás de su amo

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Cuando Wu ShuangJue y Chang Gao saltaron, Lang WuJi se posicionó con rapidez detrás de su amo. Mientras tanto, Bai GuangXuan y You YuMo intentaron seguir al pelirrojo.

You YuMo ignoró el olor que había sentido con anterioridad, y es que había una cosa mucho más importante molestándolo. Mientras cazaban, algo los perseguía entre los techos y no dejaba de tirar pequeños rayos mágicos desde sus manos.

El muchacho rubio miró a Bai GuangXuan, frenando ambos al mismo tiempo. La marioneta se detuvo unos pasos después y pronto se dio la vuelta para atacarlos con sus manos. Sin mucho tiempo para reaccionar, saltaron esquivando el ataque y, de inmediato, Bai GuangXuan agarró la hierba seca que formaba el cuello, para así clavar su espada en el pecho del enemigo.

En seguida, dos marionetas más llegaron lanzándose de lleno hacia ellos. You YuMo saltó dando un giro hacia atrás y las cortó a las dos por la mitad.

Mientras, Wu ShuangJue y Chang Gao iban derrotando montones de marionetas que se les acercaban. El primero mencionado mostró los dientes.

—Maldita sea, no dejan de venir —gruñó—. ¿Cuánto tiempo estuvieron para armar estas porquerías?

Junto a él, el pelirrojo luchaba con dos marionetas.

—¿Qué te pasa? ¿Ya estás cansado? Mejor ve a dormir mientras nosotros hacemos el trabajo.

—¡Claro que no estoy cansado! ¿Cuántos años se supone que tienes? ¡¿AH?! ¡Deja de hablarme, maldito imbécil!

Una fuerte carcajada no pudo evitar salir desde la boca de Chang Gao, y con ella, algunas lágrimas de risa.

—¡Lo mejor es trabajar en equipo! —se quejó Bai GuangXuan—. ¡Dejen de pelear, maldita sea!

Al terminar de gritar, un movimiento llamó su atención. Miró por el agujero de una vieja ventana y logró apreciar que, dentro, tres mujeres eran arrastradas por alguien más.

—¡Esperen! ¡Hay personas aquí! —gritó el sirviente, nervioso.

You YuMo peleaba con cuatro marionetas sobre un techo roto, no podía darse el lujo de separar su vista de ellas; aunque no fueran gran problema, eran más en cantidad y no podía distraerse.

—¡¿Qué?! Wen ShanShui dijo que no debería haber personas viviendo aquí.

—¡Acabo de ver a tres mujeres en esa casa! ¡Alguien las estaba forzando a caminar! —exclamó.

Luego de cortar a su último rival en dos, You YuMo observó a Bai GuangXuan, quien estaba en un estado bastante confuso y no parecía bromear en absoluto.

—¿Qué viste con exactitud?

Bai GuangXuan señaló con el dedo.

—Ellas estaban en esa casa.

Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora