—Mataste a esas personas allí dentro, ¿no?
—Tú ya sospechabas de mí antes, ¿no es así? Tuve que haberte matado cuando tuve la oportunidad.
—Confié en ti, Zhi Jian, no quería dudar de un hermano. Veo que fue un error de mi parte.
—Sabes bien que no soy tu hermano. No me llames así.
—Nos hemos criado juntos. Sabes que para nosotros eso eres. Siempre te he llamado así, ¿por qué ahora parece molestarte?
—No, Yue Jin, yo he sido un seguidor de Tian Huo desde que tengo uso de razón. Nunca los he considerado mis hermanos, jamás.
Yue Jin retorció su rostro, sintiendo dolor en su corazón. ¿Cómo no sentir tristeza? Zhi Jian hizo de hermano mayor casi toda su vida, fue el primero de los cuatro en llegar al palacio en tiempos de epidemia. Fue el primero en darles la bienvenida a todos los nuevos huérfanos que ingresaban, se encargó de hacerlos sentir como en casa. Nunca nadie decía eso, mas, por dentro, incluso siendo niños que habían perdido sus recuerdos o a sus familias, Zhi Jian los había aceptado y acogido como a sus pequeños hermanitos. Siempre siendo el más fuerte, el que nunca lloraba, el que lo soportaba todo.
Yue Jin fue el segundo que llegó a la academia, y por un largo tiempo, fueron tan solo ellos dos, hasta que llegaron casi al mismo tiempo Yi Hen y Wen ShanShui.
La relación entre ellos era muy estrecha desde pequeños, por eso, escuchar esas palabras dolía demasiado.
—Me estás hiriendo. ¿Todo lo que hemos vivido es una mentira para ti? ¿Acaso tus promesas eran palabras sueltas en el aire?
—Por favor, siempre eres así de sentimental. Nunca creé sentimientos por ninguno de ustedes, son marionetas de mi rey, ustedes y sus discípulos. Todos, incluso los míos, son marionetas. Nada más.
Yue Jin levantó su mano lanzando un hechizo de fuego azul hacia Zhi Jian.
—¡¿Cómo puedes decir algo como eso con facilidad?! ¡Me niego a aceptar tus palabras, tú no eres así!
—Yue Jin, mi lindo, tierno y serio Yue Jin, por favor, entiende de una buena vez.
Zhi Jian lanzó una flecha, pero los reflejos de Yue Jin eran superiores a ella. La esquivó con facilidad, y luego volvió a atacar con una bola de fuego azul.
—¡No voy a creer que nunca sentiste nada! Zhi Jian chistó, perdiendo la paciencia.
—Recuerda que fuiste tú el que lo pidió. ¡Yue Jin!
Zhi Jian y Yue Jin comenzaron a luchar con sus puños y piernas de forma desenfrenada. Zhi Jian tiró su arco y flechas a un costado, pelear con un arma de esas contra Yue Jin era muy desventajoso. Sabía que ninguna de sus flechas llegarían a tocar al hombre frente a él, y sabía que sus artes marciales no eran las mejores. El rostro de Zhi Jian reflejaba una temible sonrisa, sin embargo, parecía estar acorralado, pensando en si valía la pena hacer alguna cosa o no. Esto hasta que al final no pudo esquivar tantos ataques, por lo que, dadas las circunstancias y el peligro aparente, comenzó a utilizar hechizos extremadamente poderosos.
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Espadas del Cielo 《Tiānkōng Zhī Jiàn》
Fantasi❀DISPONIBLE EN AMAZON❀ You YuMo, un chico sin muchas preocupaciones y proveniente de una aldea remota, ve como su vida da un giro completo al cruzar su camino con Wen ShanShui, un maestro reconocido y respetado de la Academia del Palacio Tian. Desde...