XII

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Samantha Arias

Días después
Lena

Un suspiro sale de mis labios, el sonido de las teclas duras de la máquina de escribir es el único sonido que se escucha y por momentos la fuerte respiración de Santi, quien está completamente dormido en la cama, al igual que Kara, pero ella está en la cama que comparte conmigo. Son como las cuatro de la madrugada, no puedo dormir -nunca puedo dormir- siempre me levanto a estas horas; en el preámbulo del día y la noche, en el alba de la madrugada; la hora de las almas perdidas. No podía estar tranquila hasta que escribía por lo menos un capítulo, las pesadillas no me dejan dormir pero a diferencia de mi protagonista; ella tiene pesadillas por su vida pasada, son flashbacks confusos: yo encambio sueño recuerdos claros y consisos, recuerdos dolorosos de mi pasado, heridas que aún no han cerrado. Aún recuerdo cuando empecé a escribir el primer volumen de mi libro; me visualice en Arleia, una joven con un pasado tormentoso y un alma atormentada, pero no quería que ella tuviese mi vida desastrosa por eso la sumergi a un mundo fantasioso y misterioso, le Di amigos sinceros, una familia; no quería que ella estuviera tan sola como yo lo estuve; he escrito varios libros más pero la saga de Arleia era el libro más delicado para escribir, era el que más dedicación y alma tenía, cuando escribía de las aventuras de Arleia y sus amigos lo hacía con demasiado cuidado ya que era de los libros más famosos y quería mantener la esencia inicial del primer volumen. Las cosas habían estado difíciles desde que el Consejo se enteró de mi "Compromiso" con la reina, todos me miran con respeto a excepción de Alex quien me mira con odio puro, aunque jamás se ha a acercado a hablarme, pero se por boca de Kara que visita seguido a Sam en el hospital, yo no he querido ir a verla, pero ella seguramente sabe el motivo por el cual no he ido; los hospitales me dan pánico. Desde el día que Kara me confronto acerca de mi matrimonio con Jack no hemos hablado demasiado, ella sólo se levanta de la cama para arreglarse y salir disparada de la habitación, a veces compartíamos las cenas donde ella me comentaba cosas que podrían interesarme, pero ella jamás volvió a indagar acerca de mi vida privada y yo agradecía eso. Kara es diferente a como pensé que sería; ella de verdad era una buena líder, puede que sea fría e implacable cuando toma una decisión pero se preocupa por las personas -aunque quiera ocultarlo- tiene sus momentos en los cuales puedo ver más en ella, más de lo que deja ver al mundo exterior pero al igual que yo; tiene demasiados muros. He escuchado bastante de ella por Lois, quien realmente le tiene demasiado aprecio, me ha estado actualizando acerca de toda la situación de Las Américas y Occidente, en especial de la situación actual de Lex y Kara. Santi si que se ha acostumbrado a esta vida llena de lujos, le encanta la comida de Gertrudis, la dulce cocinera quien lo consiente de más; todos en la casa lo consienten demasiado, los primeros días todos le tenían miedo pero conforme pasaron los días todos se dieron cuenta que Santi es como un enorme cachorro, así que todos se enamoraron de su actitud tierna, además de que el Palacio era mil veces más grande que mi antigua casa, por lo cual el tenía demasiado espacio, incluso Kara lo consiente aunque de manera indirecta; le había ordenado a Mercy que fuese a una fábrica de juguetes para perro, que le exigiera al jefe de la fábrica que hiciera varios juguetes de tamaño gigante para que Santi pudiera jugar, aunque claro cuando los juguetes llegaron ella negó tener algo que ver, pero Mercy en secreto me había confesado que fue su idea hacerlo. Me sentía diferente, a pesar de la actitud neandertal de Kara, ella me había dado algo que nunca nadie me había dado; libertad. Ella me dejaba hacer lo que quisiera, me dejaba ir donde quisiera, no me sentía como una prisionera en el Palacio, incluso había contratado a Imra, quien sería mi representante y ya esta organizando varias firmas de libros en bastantes lugares del continente pero claro que en completa discreción, por ahora Kara me había dicho que no podía darme demasadiada atención  ya que los trámites de la oficina de inmigración aún están en proceso y si mi hermano se entera de lo que Kara está haciendo querrá cancelar el proceso y Kara no está dispuesta a dejar que eso pase. Cuando el reloj marca las siete de la mañana Kara se levanta, me da los buenos días y como todas las mañanas y se mete al cuarto de baño, escucho como algo suena en la habitación; el teléfono de Kara avisa la llamada de Felicity.

El Perfecto suicidio {Completa✔️}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora