El Perfecto suicidio {Completa✔️}

XXIX

Nota: este capítulo tiene contenido sexual leve.

Lena

Kara se queda estática, escuchando cada palabra dicha por mis labios, sus ojos son indecifrables y su semblante también, el miedo se apodera de mi cuerpo; ella seguramente no querrá tenerme a su lado después de saber toda mi historia y no la culpo ¿Quién podría hacerlo? Si ella decide alejarse de mi después de saberlo todo no voy a culparla, entenderé completamente. Además que muy a pesar que le desvele todo mi pasado, aún hay cosas que ella no sabe, cosas que no puede saber aún. Ella solo suspira, su cuerpo está tenso, se levanta de la cama abruptamente, yo hago lo mismo, esperando cualquier reacción de su parte, esperando los gritos de desprecio, o preparándome para el momento que sus pasos la dirijan a la puerta y no vuelva a verla más. Pero ella hace lo contrario, se acerca a mi, sus manos toman mi cintura y me besa; me besa como nadie lo ha hecho nunca, yo me aferró a su cuello, correspondo el beso con la misma fuerza, con la misma hambre y necesidad que ella, en ese momento olvidó por completo todo, solo me dejó guiar por sus expertas manos, por sus aclamados labios. Ella baja sus manos hacia mis glúteos y los aprieta con fuerza haciendo que mis piernas le rodeen la cintura, ella camina conmigo hacia la cama, me recuesta con suma suavidad sobre la cama llena de pétalos de rosas, ella se deshace de su camisa, las luces amarillas de las velas definen los músculos de sus brazos, los marcados cuadros de su abdomen, destellan sus cabellos dorados como propios rayos del sol, sus ojos azules eléctricos parecen brillar entre las penumbras. De repente me siento nerviosa; Kara es perfecta, cada tercio de su piel es inmaculado, cada facción de ella es bendecida de una belleza angelical y yo; yo no tengo nada de especial, mi cuerpo esta lleno de cicatrices, de marcas, tampoco tengo un cuerpo de muerte por el cual cualquiera moriría de deseo, encambio estoy más delgada de lo normal, mi piel es tan descolorida que parece traslúcida, mi cabello no tiene brillo alguno y mis ojos no son la mayor cosa. Yo llevo un simple vestido blanco de botones, ella lleva sus manos hacia los primeros botones de mi prenda, su mirada se conecta con la mía y me relajó un poco, ella desata con lentitud cada botón, como si disfrutase de cada segundo que mi piel queda a su vista. Cuando la prenda se aleja de mi cuerpo ella me mira de una manera intensa, yo intento en vano tapar mi cuerpo con mis brazos.

-. ¿Por qué te tapas? - cuestiona. Yo aparto la mirada.

-. Yo...mi cuerpo no es perfecto Kara, tengo muchas...

-. Tu cuerpo es perfecto y te lo voy a demostrar. - responde.

En un rapido movimiento hace que mi cuerpo quedé boca abajo en la cama; la parte más lastimada de mi cuerpo queda en su campo de visión.

-. Cierra tus ojos y relájate. - me dice, yo sigo sus órdenes al pie de la letra.

Ella recorre con la yema de sus dedos la cicatriz más grande, un escalofrío recorre toda mi espina dorsal por la caricia, mis ojos se encuentran cerrados entonces recuerdo el momento de aquella cicatriz; me la hizo un hombre en la arena el segundo día de pelea, un alambre de la maya estaba suelto y el hombre me estampó en el restriegandome y haciéndome una fea herida. Siento sus labios en mi espalda, sus besos son tiernos, con sus labios recorre cada parte de mi cicatriz, entonces el recuerdo de hace unos segundos parece desaparecer, convirtiéndose en cenizas. Sus besos siguen, recorre cada pequeña cicatriz de mi espalda, seguido de eso deja un beso en mi tobillo y sube lentamente, entonces algo nuevo pasa; una abrumadora sensación me aborda mediante siento como su respiración sube por mi pierna derecha, una necesidad igual de intensa a la sed de sangre, pero una muy diferente; necesidad de ser tocada por ella. Por acto reflejo mis piernas se abren más, casi puedo sentir su sonrisa sobre mi piel. Ella se aleja nuevamente para comenzar a besar mi otra pierna y mi cuerpo comienza a temblar de deseo. Ella sube sus besos hacia mis glúteos, entonces siento su húmeda lengua lamiendo mi piel, seguido de eso sus dientes morder levemente, sin poder evitarlo un gemido alto se escapa de mis labios. Ella me voltea y quedamos frente a frente, puedo ver sus ojos completamente oscuros.