XXV

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El pasado de Lena Luthor I
Flashback
Hace seis años atrás

Un suspiro cansado sale de sus labios, Lena acomoda su larga trenza hacia un lado, escupe con puntería en un basurero a unos cuatro metros de distancia y sus ojos se vuelven salvajes, su semblante cambia; una turbia y mortal sonrisa se apodera de sus labios cuando camina hacia afuera y los viroteos y gritos de euforia de las personas se escuchan alabandola, a ella; la asesina más peligrosa en toda la arena, la invicta centinela roja. Lilian Luthor está sentada en una mesa lejana a la arena, sus manos sudan levemente y sus ojos están fijos en aquella figura femenina siendo alabada por la audiencia; hace cuatro años que no veía a la muchacha, Lilian puede ver los visibles cambios en ella; su cabello luce mas largo, la última vez a penas bajaba unos centímetros de su hombro, ahora cae más allá de su cadera, su antes blando cuerpo ahora no tiene señal de grasa acumulada, lejos de eso sus brazos marcan bíceps duros, su abdomen está marcado y sus piernas antes delgadas ahora son levemente gruesas y con musculatura, pero lo que más sorprende a Lilian no es su esculpido cuerpo, sino su actitud; aquel caminar osado y egocéntrico, la seguridad en su lenguaje corporal y aquellos ojos verdes; aquellos ojos verdes que anteriormente estaban llenos de bondad y luz, ahora solo son dos pozos oscuros de sed a la sangre y salvajismo, aquella Lena que conocía ha desaparecido, en su lugar está una mujer fría, calculadora, una que disfruta lo que hace; matar. La mirada verdosa oscura de la invicta se cruza con la de Lilian, la mujer mayor siente un escalofrío asaltar su espalda, el cual se incrementa cuando su hija le sonríe; pero no es la sonrisa cálida que Lena tenía antes de la arena, es una sonrisa macabra y torcida, perversa,  con la venganza danzando en la comisura de sus labios. La batalla comienza, Lena no deja de sonreír mientras esquiva los ataques de un oponente qué es cuatro veces más grande que ella. Lena le proporciona un certero golpe en sus partes bajas, el hombre cae al suelo retorciéndose del dolor, Lena sonríe; lo tiene dónde quiere. Corre hacia una esquina de la arena, donde yace un cuchillo de fina plata, se acerca el hombre con una macabra sonrisa, sus pasos son lentos, cuál depredador acechando a su víctima, en la pupila de sus ojos danza una sed de muerte, en su semblante sombrío se marca la satisfacción de la mirada temerosa del hombre cuando ella sin miramientos hace una herida en su estómago. El grito desgarrador de dolor se mezcla con los eufóricos gritos de emoción del enfermo público que asiste a aquellos eventos, Lena acerca el cuchillo hacia el rostro del hombre con una lentitud morbida, corta su rostro todo con la mirada fija en la matriarca de los Luthor. Lilian no luce muy sorprendida, no es lo más sangriento que ha visto, pero una parte de sí misma se lamenta por haber convertido a su hija en aquel monstruo. Lena se da cuenta del escepticismo de Lilian, una sonrisa se apodera de su rostro y con malicia y sin dudar ni un solo segundo acerca el cuchillo al ojo del hombre y lo inserta provocando un grito incluso más desgarrador que el primero, la sangre empieza a correr llenar el piso de aquel color fuerte carmesí y el olor a muerte se extiende por todo el lugar. La expresión de Lilian cambia al ser testigo de como su hija había realizado acto tan horrorifico sin tener una sola pizca de emoción en su semblante o arrepentimiento en sus ojos, Lilian no reconoce más a Lena. Ella sigue torturando al hombre, cortando partes de su cuerpo y haciéndole llorar del dolor, la pelinegra parece disfrutarlo y cuando se aburre de los gritos desesperados pidiendo clemencia lo mata. Lilian mira todo aquel acto sin parpadear, sin saber cómo reaccionar y sin saber qué hacer con su hija. Un hombre moreno de mirada dura y turbada,  de cuerpo atlético y fornido está a su lado viendo con igual sorpresa aquella escena donde la menor de los Luthor es la protagonista. El hombre suelta un suspiro sonoro que llama la atención de la mujer rubia, quien rápidamente voltea a verle con la mirada levemente cristalizada y un semblante horrorizado.

-. Su hija Es un peligro para nuestra organización, espero por su bien que esta jovencita nunca salga de la arena porque de otro modo terminará destruyendo todo en lo que hemos trabajado estos años, estamos tan cerca de lograr nuestro cometido debemos actuar antes para prevenir desgracias. - habla seriamente el hombre Lilian le mira sin entender muy bien a qué se refiere

El Perfecto suicidio {Completa✔️}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora