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Annie.
Estabamos a punto de mordernos las uñas mientras esperabamos que el maldito de Adrián apareciera, pero pasaban y pasaban las horas y nada.

-¿No se habrá ido ya?- le pregunté impaciente.
-No lo creo, esperemos un poco mas y le hablare a Andrew para preguntarle que ocurre.

Habrán pasado unos ocho u diez minutos de nuestra conversación, cuando entraron a la habitación cuatro hombres mas Adrián.

-En cinco minutos las quiero listas, nos vamos.- ambas nos observamos con los ojos abiertos a mas no poder.
Mierda.
-Pero Adrián... es un viaje de negocios, podríamos estorbar...- la interrumpió.
-¿Ahora si te preocupas, eh? Ay Anaís... si tan solo no me hubieras traicionado, preciosa -tomo la barbilla de ella y estuve a punto de saltarle encima- Seguirías teniendolo todo a tus pies, pero quisiste intentar ayudar a esta niña maleducada.
-Y... alto ahí, bonita -dijo levantando un dedo en señal de silencio, en mi dirección- sé que quieres rechistar pero te conviene quedarte en silencio si no quieres tener un viaje adolorida o desmayada.

Me daba asco, y que pronunciara el apodo que Tyler me había puesto hacia que me dieran nauseas. Con solo una palabra se me descompone el estomago.

-En fin... tienen una hora para arreglarse y alistar una maleta, si no están listas en ese tiempo... mis cuatro amigos de aquí se las llevaran tal cual como estén.- salió de la habitación y quedaron los cuatro gorilas dentro, pero necesitabamos armar un plan rápido, pensé y pensé hasta que se me ocurrió una idea.
-No pensamos cambiarnos ropa aquí, frente a ustedes imbéciles pervertidos.
-No les pedimos que se vayan pero al menos quédense fuera de la puerta, privacidad.
-Tenemos ordenes de no dejarlas. El jefe no quiere que vayan a escapar...
-Y no lo haremos ¿como podriamos? Solo pedimos privacidad, ademas no creo que al jefe le guste que alguien mas mire a la que fue su chica ¿cierto?- se miraron entre si debatiendo mi punto de vista.

Es ahora cuando agradezco tener esa capacidad de manipular a las personas, o al menos su mente.

-En una hora exacta, entraremos a buscarlas. El vuelo sale a la una de la madrugada y es un privado, pero al jefe no le gusta llegar tarde a nada.
-Esta bien, gracias.- respondió Anaís en un tono amable y ellos salieron de la habitación.

La tome de un brazo y rápido la lleve al baño para que armar un plan rápido y que no fuéramos descubiertas.

-¿Que tienes en mente? Se que se los dijiste con intención.
-Debemos actuar ahora. El plan debemos hacerlo ¡y ya! Si no es ahora no tendremos oportunidad de escapar.
-Llamo de inmediato a Andrew.

Marco su número y pasaron dos tonos hasta que contesto.

     -Lo lamento, tuve que alejarme de los demás. ¿Que sucede?- hablo casi en un susurro pero aun así su voz seguía siendo imponente y fuerte.

-Nos vamos en una hora, nos llevara de igual manera. Debemos llevar a cabo el plan ahora.- hablo de manera apresurada, Anaís.

      -Carajo. Hablaré con los demás, ¿en que momento lo llevaremos a cabo?

-Creo que el momento perfecto sería cuando estuviésemos abordando, estarían distraídos. Llamaremos a mis amigos para informarles.- definitivamente este es el momento. Saldremos de aquí.

-Esta bien, todo debe de ser extremadamenre rápido y cauteloso. Pude hablar con nueve de mis compañeros, que están de nuestro lado porqué quieren venganza. Las chaquetas tienen un pequeño punto blanco en la espalda, pero es visible.

No me sorprendía en nada la verdad. De echo, pensé que tendría muchos mas hombres en su contra. No se necesita pasar una vida junto a él para darse cuenta como es en realidad y como trata a los demás a su alrededor.

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