Epílogo.

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Desperté y lo primero que me dio la bienvenida fue una habitación blanca y opaca que hacia que la luz se viera aun mas potente y fuerte causando que tuviera que cerrar los ojos de inmediato, cuando por fin me acostumbre a la luz me fije que llevaba una intravenosa en el brazo... carajo, me acababa de dar cuenta que estaba en un hospital.
Quise sacarme la intravenosa yo misma y salir en busca de Tyler pero cuando estaba por llevar a cabo mi idea entro un medico con lo que parecía ser un portafolios, y me observó.

-Veo que ya despertó, señorita. Soy el doctor Chris, un gusto -asentí y siguió hablando- ¿Siente mareos, nauseas, dolor en alguna parte especifica del cuerpo?

Se notaba que era un doctor joven, al menos rondaria sus treinta y tantos años; llevaba la típica bata blanca junto a su postura erguida que inspiraba respeto, pero al observar su rostro cambiaba los estándares, se veia una persona agradable y no seria.

-Me duele la frente, y un poco al costado de mi estomago. Y no, no siento nada más -anoto todo en el portafolios- necesito salir de aquí.
-El dolor en la frente es producto de la pequeña contusión que sufrió pero no es nada de que preocuparse, ya se le practicaron exámenes para descartar cualquier daño mas grave. Y lo otro es porque llego con un par de costillas rotas ¿Recuerda algo de lo que sucedido?

¿Que si lo recordaba? Dios! Cada bendito segundo en el que seguía hablando impidiendo que me fuera, lo recordaba.

-Lo recuerdo todo. Por favor, necesito irme de aquí, debo encontrar a la persona con quien me encontraba.
-La policía se encuentra fuera de la habitación y vendrá a tomar sus declaraciones, una vez que se sienta lista les diré que pueden pasar -me mostró una sonrisa tierna y volvió a hablar- ¿A la persona la trajeron al mismo hospital? Si me dice su nombre puedo preguntar en recepción, pero aun no la dejare irse. No hasta que este completamente bien.
-Es lo más probable, su nombre es Tyler Harrison. Gracias de antemano-me miró pensativo.
-Puede que sea una coincidencia... pero asistí a alguien con ese apellido ayer poco después de atenderla.
-¿Era alguien joven? Como se encontraba? Él esta... vivo?- mi cuerpo entero se estremeció de solo preguntar lo ultimo.

Una mirada de lástima. Mierda, no, no puede haberle pasado algo. Tyler esta bien, lo sé.

-No puedo darle ese tipo de información, señorita. Lo lamento, pero intentare averiguar si es la misma persona. Si siente dolor o necesita algo no dude en llamar y vendrán de inmediato a ayudarla.

Se fue y me quede sola con mis pensamientos ahogándome otra vez, quizás solo fue un alcance de apellido y en realidad era otra persona... no sé, pero no me puede dejar así, ¿que haré si es que él... esta muerto? Se que suena dramático y que la vida sigue; pero Tyler constituye en gran parte a mi felicidad. Tiene que estar conmigo, decirme que todo lo malo acabo y que juntos sanaremos. Lo necesito, quiero ayudarlo... y quiero seguir amándolo. 

-Hola otra vez, ¿a disminuido un poco el dolor?-se acerco para revisar el suero que estaba colgado a un costado de la cama.
-No estoy muy pendiente del dolor en realidad...
-Hay un resultado con el mismo nombre que me dio -susurro cerca de mi, supongo que para que no lo sorprendieran dandome información- Y sí, fue la misma persona que había atendido.
-¿Como está él? Necesito verlo, te lo pido, suplicó, lo que quieras... pero por favor, déjeme verlo.
-Primero vendrán a tomar su declaración y luego puedo sacarla "a dar una vuelta" obviamente cuando se sienta mejor.
-Oh Dios, esta bien. 

Se alejo desapareciendo por la puerta y poco después entraron dos oficiales altos, uno de ellos traía una libreta junto a un bolígrafo en la mano, mientras que el otro oficial traía puestos unos lentes oscuros.

-Buenas Tardes Annie, soy el oficial Addams. Llevo su caso de secuestro y demás cargos, lamento mucho lo sucedido pero ¿podría contarnos sobre lo sucedido?
-No me acuerdo la fecha exacta... pero fuimos a una fiesta junto a mi novio y amigos, como mi pareja iba a conducir y no deseaba beber quise apoyarlo y fui a pedir botellas de agua cuando senti que alguien se acerco y todo se volvió negro. -hice una pausa e intente mantenerme firme frente a ellos- a las horas desperté amarrada en una silla con nada mas que una luz en frente.
-¿Él fue quien la secuestro? -me mostró una imagen con la cara de la primera persona que odie en mi vida- ¿Adrián Harrison?
-Sí, claro que es él. No fui su primera víctima sin duda, pero jamás en mi vida lo había visto antes ni hice algo por lo que el pudiera tener un resentimiento conmigo...- mi pecho comenzaba a cerrarse y el nudo en mi garganta cada vez se hacia mas grande.
-Eso lo sabemos, tranquila.
-Me amenazo, y me golpeaba cada vez que tenía oportunidad. Con una joven que me ayudaba armamos un plan para escapar, resulto que varios querían irse o cobrarle todos los malos tratos que les daba Adrián, pero fallamos y me volvió a raptar llevándome al motel en donde nos encontraron.
-¿No se sobrepaso con usted?
-Gracias a Dios no. Anaís, la joven que me ayudo, se llevo esa parte...  por cierto ¿como esta ella?
-La encontramos también, pero no podemos darle información de su estado a menos que sea familiar de ella. 
-Que hay de Adrián? lo atraparon cierto? -se miraron y en mi cabeza todas las minis Annies corrieron en distintas direcciones aterradas.
-De alguna forma sucedió... disparo a nuestros oficiales y huyo. Pero no debe temer por su seguridad ni la de sus conocidos o familia, estaremos haciendo un seguimiento tanto de Adrián cuando lo ubiquemos, como de usted en todo momento.
-Ademas tendrá una pulsera de seguridad que hará que lleguemos en menos de 5 minutos a su casa. Sabemos que es mayor de edad, pero ¿sus padres están al tanto de la situación?
-Me gustaría informarles yo de lo sucedido, claro si es posible.
-Por supuesto. Agradecemos que haya colaborado con nosotros y reiteramos que no tiene de que preocuparse, déjenos su seguridad a nosotros.
-Gracias.

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