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La asesoría de Historia había terminado y aunque Jibyul no se había quedado a la clase, Jungkook le pidió que lo esperara en la biblioteca pues pasaría por ella al terminar.

— Hey, Byulie.— Jungkook llegó a la mesa que estaba sentada.— ¿Estás lista?

Jibyul levantó su cabeza, la cara la tenía hinchada debido al llanto, miró a Jungkook con un puchero en sus labios. Lentamente se puso de pie y se acercó a él, sin preguntar enganchó su brazo con el de él.

— Lista.— Dijo bajito.

— Ya no te sientas mal, Jibyul.— Pidió él mientras empezaba a caminar.— Iremos a tu restaurante favorito, comerás muy rico hoy.

— Gracias, Kookie.

Todo el camino en el taxi, Jibyul estuvo pegada a Jungkook y no se separó en ningún momento. Por un lado él estaba triste por el bienestar de ella, pero por otro, se sentía afortunado de que Jibyul volviera a confiar en él y que en cierta forma fuera un resguardo, tal como lo era antes.

Mientras comían el ambiente era placentero, él procuraba que ella comiera todo su plato. Jibyul no paraba de decirle lo mucho que le estaba agradecida.

— Entonces...— Jungkook la miró. Se encontraban en un parque.— ¿Me vas a decir qué pasó?

— Peleé con Jimin.

Y eso era obvio. Últimamente siempre peleaban y aunque como pareja intentaban aparentar que todo estaba bien, algunas personas ya se habían dado cuenta que no era así.

— ¿Pero por qué?

— Me siento tan asfixiada.— Confesó.— Siento que siempre está sobre mí, preguntando por todo lo que hago, reclamándome si le hablo a alguien.

— ¿Lo hace?

— Bueno, sólo si lo hago contigo.— Dijo apenada.— Hoy peleamos por lo de la cafetería.

— Entiendo.— Jungkook suspiró.— Pues deberías de decirle, no es sano que sea tan dependiente de ti.

La verdad es que a Jungkook le extrañaba la actitud de Jimin. Él nunca había sido una persona celosa, ni siquiera con Jibyul pues se sabía que la relación de esos dos era algo liberal, cada quien podía estar por su lado y después terminar juntos dándose todo el amor del mundo.

— A veces me dan ganas de terminar la relación.— Confesó.— Pero no puedo.

— Jibyul si ya no eres feliz, lo mejor sería alejarte.

Ella lo miró esperanzada, otra vez con los ojos llorosos, pero le regaló una sutil sonrisa.

— Lo bueno es que ahora te tengo a ti de nuevo.

Y Jungkook no supo qué responder a eso, sin embargo, no pudo evitar sentir las estúpidas mariposas volar por su cuerpo.

*

Minji había invitado a Jimin a su casa, fue difícil convencerlo, pero después de media hora ambos se encontraban en el auto de Hoseok con él y con Jaerin rumbo a la casa de los Kwon. La madre de Minji recibió con mucho gusto a Jimin y se disculpó pues era de esos días que encargaban comida a domicilio y sólo las chicas y Hoseok estaban en casa, pues ella y el señor Kwon estaban saturados de trabajo.

— Vamos a mi habitación.— Le dijo Minji a Jimin.— Mis hermanas siempre tienen un desastre aquí y además es el único lugar donde Hoseok no molesta.

Aunque Jimin seguía con el animo apagado, se permitió sonreír levemente.

— ¿Hoseok siempre está aquí?

Ain't that a shame? ➳ JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora