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Había pasado una semana desde que Jungkook había llegado a Busan y justo como lo había pensado, alejarse de todos en Seúl le había ayudado demasiado.

Los días anteriores había estado ayudando a la abuela con varias tareas de la casa. Salía a pasear a centros comerciales, calles repletas de artistas callejeros, como también restaurantes y bares. Estaba disfrutando su tiempo a solas como nunca antes. Incluso se había prestado a cantar en el show de un artista en la calle, el recibir aplausos de las personas presentes fue como medicina.

Como sea, era fin de semana y tenía planeado comprar comida chatarra y tener maratón de películas en la sala de estar mientras su abuela leía un libro.

De pequeño siempre hacía eso.

— ¿Es todo?— Preguntó el cajero.

Jungkook analizó de nuevo todo lo que llevaba y asintió.

— ¿Jeon Jungkook?— Un chico rubio preguntó desde la puerta del establecimiento.

El pelinegro volteó a verlo, iba acompañado de otro chico y una chica, los tres le traían ligeras imágenes mentales.

— ¿Jihoon?— Jungkook dudaba.— Vaya, por el cabello no te reconocí, pero la estatura es la misma.

— ¡Oye!— El chico se sobresaltó.— Te golpearía, pero me da mucho gusto verte.— Sonrió.— ¿Y Jimin?

— Vine solo.

Después de todo, las personas en Busan no sabían que ellos dos se habían distanciado hace un año.

— Ellos son Jeongin y Yewon.— Señaló a el chico y a la chica que lo acompañaban.— Iban en nuestra escuela, en otro grupo.— Kook asintió y les sonrió, ellos correspondieron.— ¿Recuerdas a Daehyun?

— ¿Iba en nuestra clase, no?

— Sí. Bueno, hoy es su cumpleaños y está teniendo una fiesta, ¿quieres ir con nosotros?

Jungkook se quedó en silencio unos segundos, lo dudo, pero terminó asintiendo con una sonrisa en su rostro. Estaría bien reencontrarse con sus viejos compañeros de escuela.

— Sólo debo avisarle a mi abuela, me estoy quedando con ella estas vacaciones.

*

Sin querer, Jungkook había sido la sensación de la fiesta, pues nadie la esperaba en ella y aunque él no lo creía, la mayoría de los presentes lo reconocía. Junto a Jimin, también era popular cuando vivía en Busan.

Le habían dicho que había cambiado, pues se veía más grande. Antes era delgado, ahora con un cuerpo bien dotado y estilo en la ropa muy genial según los que habían hecho sus observaciones. Ni hablar de sus piercings, era como si tuvieran un reflector sobre ellos. La estaba pasando bien, era cómodo para él hablar con los que una vez fueron sus amigos.

Era de esperarse que las personas le preguntaran por Jimin, pero sinceramente no le molestó.

— ¿Y extrañas Busan?— Preguntó Yewon, la chica que estaba con Jihoon en la tienda de conveniencia.

Jungkook se encontraba con ella, un chico llamado Seungyoon, con quien había estado en el club de artes marciales y Minki, otro chico con el que recordaba haber pasado algunos recreos.

— Algunas veces.— Sonrió después de darle un trago a su cerveza. No sabía cuántas había bebido ya.

Desde que llegó le habían ofrecido cerveza y no había parado. Era una fiesta tranquila, las personas estaban reunidas en grupos, eran pocas las que bailaban y de todas maneras la música era tranquila y del género que Jungkook más escuchaba. Estaba disfrutando beber y escuchar buena música. Es por eso que los efectos del alcohol no lo habían alocado, sin embargo, podía sentir el calor en sus mejillas y una pequeña sonrisa tonta en su rostro que le era imposible de borrar.

Ain't that a shame? ➳ JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora