036.

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— ¡Minji, se hace tarde!— Jaerin gritó desde algún lugar de la casa.— ¡Jimin ya está aquí.

— ¡Un minuto!

Minji subió el cierre de su falda del uniforme, tomó su mochila y salió de la habitación. Sonrió al ver a Jimin de pie en el vestíbulo. Se había ofrecido pasar por ella hoy, el primer día de clases.

— Buenos días.— Saludó Jimin.— ¿Dormiste bien?

— Dormí desde que bajamos del vagón.— Ayer habían regresado de Busan.— Buenos días a ti también.

La pelirosa corrió a la cocina, cogió un pan tostado con mermelada y volvió con Jimin. Juntos salieron de la casa y subieron al auto, el chico se apresuró a encender el motor y emprender marcha en dirección al instituto.

Cuando bajaron del carro, caminaron por el estacionamiento riendo sonoramente pues habían recordado que Taehyung había perdido una apuesta en Busan. Morían por encontrárselo por los corredores y asegurar que había cumplido. Entraron a la escuela, ignorando la mirada de todos. Minji tomó la iniciativa, yendo un poco más rápido que Jimin, ansiosa de llegar al casillero de Taehyung y verlo ahí.

— Hola, señor Shelby.— Minji se plantó al lado de su mejor amigo.

Taehyung se encontraba con toda la cabeza dentro del casillero, no se podía ver para nada su rostro, pero Minji notó que llevaba puesta la boina al estilo Peaky Blinders y eso también había sido parte de la apuesta.

— Buenos días, Taehyung.— Jimin se paró al lado de Minji.— Muéstranos esa carita preciosa que tienes.

El chico resopló dentro de su casillero.

— ¡No pude hacerlo!

Al escuchar la confesión de su amigo, Jimin bufó y Minji hizo un puchero. Tiempo después Taehyung por fin mostró su cara, la cual estaba igual que siempre. Linda, pero sin el cambio que esperaban.

— ¡Lo juraste en la fiesta, Tae!— Minji hizo una mueca.— Bueno, ahora nos debes el almuerzo por un mes.

— ¿Acaso creen que soy rico? ¡Por qué no lo soy!— Hizo énfasis y después señaló su boina.— Además, cumplí con la mitad de la apuesta. Traigo la boina de Tommy Shelby.

— Sí, pero eso no se compara a que tengas las cejas decoloradas.

Taehyung puso los ojos blancos y procedió a cerrar la puerta de su casillero.

— Estaba demasiado ebrio, ni siquiera sé por qué les dije que lo haría.

Y Minji le recordó la razón por la que lo había hecho mientras se encaminaban a su salón de clases. Cuando pasaron por el aula de Jimin, él se despidió y se metió al salón de su grupo. Dos segundos después, Minji y Taehyung entraban al suyo.

Ambos sin pensarlo, por inercia dieron un rápido vistazo al lugar de Jungkook. Él aún no se encontraba presente.

— Minji, nos han ganado nuestros lugares.— Taehyung le informó, Minji se percató de aquello también.— ¿Qué se supone que haremos ahora?

— Sentarnos en el piso.— Sugirió.

No sentía la confianza de volver a sus antiguos asientos, serían unos descarados. Ellos los dejaron, abandonando a Jungkook; no le parecía justo volver como si nada hubiera pasado. Pero por otra parte, de verdad la única alternativa era el piso.

— Vamos, no es como que nos va a echar a patadas.— Empezó a caminar, Minji lo seguía dudosa.— No ha llegado, ni siquiera sabemos si asistirá.

Ain't that a shame? ➳ JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora