CAPÍTULO 7

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SARAHI

De pronto el ambiente se torna extraño entre Ezra y yo, su cercanía comienza a ponerme nerviosa, el teléfono en el escritorio comienza a sonar lo que hace que Ezra retroceda para responder el teléfono. Intento recomponerme en lo que él habla con la otra persona del otro lado de la línea. ¿Qué demonios fue lo que sucedió hace unos momentos?

Estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta en qué momento Ezra terminó de hablar por teléfono.

—¿Estás bien?

Me aclaro la garganta —si —, me doy cuenta que se ve muy contento— ¿Con quién hablaste?

—Los amigos de nuestro cliente quieren hablar con nosotros —él se recarga en su silla y comienza a jugar con una de mis plumas— al parecer quieren ayudar a su amigo a que salga de prisión.

—¿De verdad? —él asiente con su cabeza— entonces hay que ir a verlos.

—La hora de visitas es en una hora, así que será mejor que ya nos vayamos.

Asiento con mi cabeza y me pongo de pie para después tomar mi bolso en cambio él ya va caminando hacia la puerta.

—Espero que no tengas miedo a la velocidad.

Él se detiene abruptamente y me observa fijamente, aprovecho su desconcierto y lo tomo de la mano para hacerlo que siga avanzando, cuando llegamos al elevador nos topamos de frente con Darío, él intenta acercarse pero de pronto se detiene y observa hacia abajo exactamente dónde mi mano está tomando la de Ezra, había olvidado por completo ese detalle así que aflojo mi agarre pero ahora es Ezra quien aferra mi mano y me hace caminar hacia dentro del elevador, una vez que se cierran las puertas él suelta mi mano.

—Que no te importe lo que él piense —su mirada está fija en las puertas— a él no le importaron tus sentimientos   —finalmente dirige su mirada hacia a mi—, si le hubieras importado jamás te hubiera engañado.

Las puertas del elevador se abren una vez más y el primero en salir es Ezra. Gracias al cielo mi motocicleta está cerca, así que me monto en esta y Ezra hace lo mismo después de mi, me coloco mi casco después de darle uno a él.

Cuando llegamos al estacionamiento de la prisión el primero en bajarse es Ezra y después yo.

—No deberías manejar tan rápido podrías tener un accidente —Ezra se acomoda su cabello y no puedo dejar de observar cada uno de sus movimientos, tengo que admitir que es bastante atractivo.

—Lo siento, no quería que llegáramos tarde —la verdad es que si venía muy rápido pero no quería perder tiempo— no te preocupes de regreso iré más despacio.

Él parece algo molesto y aunque acepto que fuí un poco desconsiderada al no importarme que él también venía conmigo ya le pedí perdón.

Cuando salimos de la prisión Ezra y yo nos sentimos bastante optimistas sobre el caso.

Lo primero que hago al llegar a la oficina es revisar mi celular y me doy cuenta que tengo varias llamadas perdidas de Darío, Edric y Nadia, entro en mi bandeja de mensajes y también tengo un montón de mensaje de los tres, decido abrir únicamente los de Nadia.

15:05
"Responde el maldito teléfono"

15:10
"¿Porqué no respondes"

15:14
"Maldita mocosa responde es urgente"

15:16
"Por lo visto no piensas responder"

15:20
"¿Qué piensas de tener un roomie hombre?"

Viveza adoración (Saga #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora